ISSN impreso: 1390-3837 / ISSN electrónico: 1390-8634, UPS-Ecuador, No. 41, marzo-agosto 2025, pp. 61-86.
https://doi.org/10.17163/uni.n42.2025.03
El privilegio a la ciudad: (dis)locaciones
socioespaciales de Airbnb en la Ciudad de México
e privilege of the city: (dis)locations of socio-spatial
dynamics of Airbnb in Mexico City
Raul Anthony Olmedo-Neri
raul.olmedo@politicas.unam.mx
https://orcid.org/0000-0001-5318-0170
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), México
https://ror.org/01tmp8f25
Recibido: 11/11/2024 Revisado: 21/12/2024 Aceptado: 28/01/2025 Publicado: 01/03/2025
Cómo citar: Olmedo-Neri, R. A. (2025). El privilegio a la ciudad: (dis)locaciones socioespaciales
de Airbnb en la Ciudad de México. Universitas XX1, 42, pp. 61-86.
https://doi.org/10.17163/uni.n42.2025.03
Resumen
El impacto de las plataformas digitales en la producción y planicación de las ciudades está en creci-
miento. El objetivo de esta investigación es analizar la presencia de Airbnb en la Ciudad de México, con
el n de esbozar sus implicaciones en la producción del espacio y las subjetividades urbanas desde una
perspectiva comunicacional.
Para ello, se construye un marco teórico desde la Economía Política de la Comunicación, con el objetivo
de mostrar las contradicciones de esta plataforma dentro de la ciudad neoliberal y cómo su modelo de
negocio mercantiliza y privatiza el derecho a la ciudad, fomentando así procesos como la gentricación.
Posteriormente, se utiliza una metodología cuantitativa de alcance descriptivo y espacial; a partir de
la base de datos sobre los alojamientos de Airbnb en la capital de México se analiza su ubicación y su
articulación con los servicios de transporte y costo promedio de renta.
Los hallazgos muestran que la distribución de los 26 582 alojamientos activos es arbitraria pues el
26.44 % de estos hospedajes se concentra en siete colonias, las cuales gozan de servicios de movilidad
y poseen baja marginación urbana. Así, estos resultados permiten plantear que este tipo de plataformas
explotan el derecho a la ciudad en favor de nuevos residentes y a costa de los residentes permanentes, por
lo que se requieren políticas públicas de regulación que fomenten la justicia social.
Palabras clave
Espacio urbano, planicación urbana, plataforma digital, economía política, gentricación, geografía
humana, justicia social, política de desarrollo.
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Universitas-XX1, Revista de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador,
No. 42, marzo-agosto 2025
Abstract
The impact of digital platforms on the production and planning of cities is growing, so the aim of this
research is to analyze the presence of Airbnb in Mexico City in order to outline its implications for the
production of space and urban subjectivities from a communicational perspective.
To achieve this, a theoretical framework is constructed based on the Political Economy of Communica-
tion, in order to show the contradictions of this platform within the neoliberal city and how its business
model commodies and privatizes the right to the city, thereby promoting processes such as gentrica-
tion. Subsequently, a quantitative methodology of descriptive and spatial scope is used; based on the
database on Airbnb accommodations in Mexico City, their location and their connection with transpor-
tation services and average rental cost are analyzed.
The ndings show that the distribution of the 26,582 active accommodations is arbitrary, as 26.44 % of
these lodgings are concentrated in seven neighborhoods, which have mobility services and low urban
marginalization. Thus, these results allow us to suggest that such platforms exploit the right to the city
in favor of new residents and at the expense of permanent residents, meaning that public policies are
needed to regulate and promote social justice.
Keywords
Urban spaces, urban planning, digital platform, political economy, gentrication, human geography,
social justice, development policy.
Introducción
Las ciudades del mundo están en un permanente proceso de creación,
diseño, transformación y destrucción, producto de la lógica actual de capi
-
talismo para dinamizar su modo de producción (Marshall, 2011; Lefebvre,
2013); contrario a lo que se piensa, estos procesos no son homogéneos, por
lo que sus implicaciones pueden tener consecuencias diferenciadas depen-
diendo la forma en que se materializa el derecho a la ciudad en un espacio
y tiempo determinados.
A estas dinámicas se han sumado, desde la primera década del siglo XXI,
las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) e Internet, lo
cual ha motivado un interés por analizar las repercusiones de esta participa-
ción de los capitales albergados en las innovaciones tecnológicas respecto
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Raul Anthony Olmedo-Neri. El privilegio a la ciudad: (dis)locaciones socioespaciales de Airbnb en la Ciudad de México
en la forma de producir y vivir la ciudad contemporánea. Para los nes de
este trabajo, la particularidad de un análisis centrado en la Ciudad de Méxi-
co yace en dos puntos clave: el primero de ellos es que por su posición en
el actual sistema-mundo, esta ciudad presenta una desfavorable correlación
de fuerzas que se maniesta, a su vez, en la forma desigual de producir/ex-
pandir/vivir el espacio urbano; el segundo punto recae en que los procesos
subnacionales para renovar diferentes puntos de la ciudad, particularmente
su centro histórico ampliado, han incentivado nuevos procesos de segrega-
ción socioespacial como la gentricación (Zamorano Villarreal, 2019; Villar
Calvo et al., 2021; González Loyde, 2023).
Dicho proceso se ha visto intensicado por el funcionamiento desregulado
de aplicaciones como Airbnb que, concretamente, monetizan la hospitalidad
y mercantilizan la ciudad y los estilos de vida para obtener una ganancia a
costa de los efectos de desplazamiento (in)directo que promueve en los es-
pacios donde impone su modo de producir una ciudad-mercancía (Vollmer,
2019; Gainsforth, 2021; Olmedo-Neri, 2024; Romo, 2024).
Por lo anterior, poner atención en las formas en que se articula Airbnb
y la ciudad resulta clave para descifrar sus vínculos y con ello, (d)enun-
ciar los potenciales desafíos que se gestan contra los actuales e históricos
procesos de lucha por el derecho a la ciudad en contextos del Sur Global
(Harvey, 2013).
De este modo, el objetivo de este trabajo es construir un panorama sobre
la presencia de Airbnb en la Ciudad de México, con el n de analizar sus
impactos en la forma de producir la ciudad y (re)producir las subjetividades
urbanas que de ella emanan. Para cumplir con este objetivo, el trabajo se
estructura en cuatro grandes apartados: en el primero se construye un mar-
co teórico que busca problematizar la relación entre TIC, Internet, la ciudad
y procesos como la gentricación. En el segundo apartado se transparenta
los materiales utilizados y el tipo de metodología utilizada. En la tercera
sección se presentan los resultados obtenidos de este análisis cuantitativo-
descriptivo sobre el paisaje de Airbnb en la Ciudad de México, particular-
mente su distribución y su entrecruce con otras variables como el transporte
público y la marginación/violencia urbana. Finalmente, en el cuarto apar-
tado se discuten los resultados a partir de lo que se propone denir como
el privilegio a la ciudad en tanto nuevo proyecto impulsado por la ciudad
neoliberal contemporánea.
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Marco teórico
En México, la creciente intersección entre ciudad, gentricación y apli-
caciones ha fomentado la producción de investigaciones que parten desde
diferentes marcos teóricos; algunas de ellas se sitúan desde la satisfacción
turística que ofrecen estas aplicaciones de hospedaje (Navarrete Escobedo,
2022; Ramos Jiménez et al., 2023), otras más toman como punto de referen-
cia la perspectiva urbanista para explicar la reconguración de la ciudad y
sus implicaciones demográcas, comerciales y espaciales en tanto resultados
del cambio en el uso de suelo y procesos de renovación urbana (Madrigal
Montes de Oca et al., 2018; Zamorano Villarreal, 2019; Ettinger-McEnulty
y Mercado-López, 2019; Jurado Montelongo y Moreno Zúñiga, 2023). No
obstante, son pocos los trabajos que han partido teóricamente de una perspec-
tiva comunicativa, por lo que resulta fundamental mostrar su riqueza analíti-
ca mediante la forma en que se piensa la transformación de las ciudades del
siglo XXI desde un posicionamiento tecno-comunicativo crítico (Olmedo-
Neri, 2020). Una línea de pensamiento que puede cumplir ese objetivo es la
Economía Política de la Comunicación (EPC).
La EPC y la (falsa) economía colaborativa de Airbnb
La EPC se constituye como una perspectiva teórica que abreva de los pos-
tulados marxistas en torno a las desigualdades sistémicas que el capitalismo
(poder, riqueza, acumulación, ideología y relaciones sociales de producción)
despliega en el campo de los medios, la información, la comunicación, sus
estructuras y dinámicas (Mosco, 2006). Según este autor son tres las grandes
categorías que la EPC emplea para sus análisis: la mercantilización, en tanto
proceso de reconversión que somete el valor de uso al valor de cambio tanto
de productos tangibles como intangibles, siendo estos últimos los más rele-
vantes en los años recientes por la mediatización de la experiencia en la que
se sustenta; la espacialización, como proceso de trascendencia geográca y
de desterritorialización para la producción, distribución y consumo de conte-
nidos mediáticos; y, la estructuración en tanto proceso que permite crear re-
laciones sociales alrededor de las asimetrías sistémicas que operan con otras
categorías como el espacio, el género, la clase social y la raza.
Además de ello, la EPC explica cómo los ecosistemas mediáticos (in-
cluyendo Internet) intervienen en la sedimentación o erosión de la demo-
cracia (McChesney, 2015). En este proceso se congura una vertiente que
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analiza el denominado capitalismo de plataformas y con ello, las dinámicas
económicas que impulsan no solo el desarrollo tecnológico, sino los efec-
tos de estas innovaciones teco-info-comunicativas más allá de las pantallas,
particularmente la hegemonía de Silicon Valley y las startups que han ga-
nado terreno como nuevas formas geopolíticas de control (Vaidhyanathan,
2018; Srnicek, 2018).
Dentro del capitalismo de plataformas, los modelos de negocio que
promueven son diversos; para el caso de plataformas como Airbnb, existe
una intensa campaña por destacar el supuesto de una “economía colabora-
tiva” como lógica funcional y política de (re)distribución de las ganancias;
en realidad, lo que opera detrás de ello es un modelo de renta diferencial
(Formenti, 2016; Wachscmuth y Weisler, 2018; Olmedo-Neri, 2020). Por
ello, la economía colaborativa es un recurso ideológico que encubre esta
ganancia extractiva mediante el discurso de ‘democratizar el capitalis-
mo’ (Gainsforth, 2021). Distintos autores han explicado que la economía
colaborativa es un espejismo dentro del capitalismo y que en realidad es
un recurso retórico que encubre las dinámicas de explotación que yacen
detrás de la interfaz y los modelos de negocio de las propias plataformas
(Radetich, 2022).
En realidad, lo que sucede es un proceso intenso de parasitación (del mer-
cado), cooptación (de huéspedes —con diversos nes, no solo turísticos—),
coerción (de antriones —que pueden ser propietarios o empresas inmobilia-
rias—) y extracción monopólica (de ganancia mediante la renta de espacios).
En efecto, este tipo de aplicaciones obtienen una ganancia a partir de la ex-
tracción de un porcentaje de la plusvalía materializada en la renta estipulada
por aquellos antriones que ingresan parcial o totalmente sus moradas para
su alquiler a corto plazo mediante dichas aplicaciones (Olmedo-Neri, 2020;
Radetich, 2022). De acuerdo con Srnicek (2018), Airbnb opera como una
plataforma austera, es decir, que construye un mercado especializado en un
servicio, pero al mismo tiempo terceriza al máximo su operación hasta gene-
rar la falsa idea de no tener activos jos (Airbnb no ofrece, hasta el momen-
to, un hospedaje donde la plataforma opere como antriona). Sin embargo,
al hipertercerizar toda la cadena de servicio, la aplicación reduce al mínimo
sus gastos, quedándose con el mínimo relativo al control y gestión de la in-
terfaz, lo cual es “el mínimo extractivo básico —el control de la plataforma
que permite una renta monopólica—” (Srnicek, 2018, p. 72).
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En otras palabras, las plataformas austeras como Airbnb funcionan bajo
una profunda intermediación, producto del control sobre el espacio digital
donde oferta y demanda se encuentran mediante la contratación de espacios
por periodos cortos de tiempo.
Ahora bien, es importante destacar dos elementos clave para la obtención
de una ganancia en este modelo: el primero es que el precio de renta varía,
al igual que el porcentaje que recibe la plataforma, extrayendo un excedente
‘puro’ (libre de impuestos y de gastos jos) que por derecho le corresponde-
ría al antrión (quien de su ganancia debe cubrir los gastos de mantenimien-
to y servicios derivados del uso de la residencia), pero que este cede como
el derecho de piso exigido por dicho mercado digital creado y cooptado por
Airbnb. Además, la variación del alquiler deriva de diversos elementos, en-
tre ellos los rasgos espaciales que posee cada alojamiento (servicios, ubica-
ción, seguridad, etc.), lo cual permite sostener que parte de la ganancia del
antrión y de Airbnb deriva de la mercantilización no solo de la residencia
en cuestión, sino del espacio en el que se encuentra, de sus activos cultura-
les y de los servicios públicos que tanto el antrión y la plataforma destacan
y mercantilizan como elementos que determinan el costo de alquiler y que
intervienen en la subjetividad creada por los huéspedes.
El segundo elemento importante sobre esta falsa economía colaborati-
va descansa en la reducción de tiempo de ocupación, lo cual en realidad es
producto de la aceleración del ciclo de acumulación de la renta; al reducir el
tiempo de estancia, el precio no solo aumenta, sino que el ciclo de acumula-
ción se acelera, obteniendo una ganancia similar o superior a la que obtendría
cualquier arrendador bajo esquemas ‘clásicos’ y temporalmente prolongados
(Olmedo-Neri, 2020). Esta aceleración y el costo económico que implica se
vuelve al mismo tiempo en un mecanismo que incentiva la exclusión y des-
plazamiento de quienes no pueden competir con las nuevas exigencias del
mercado inmobiliario urbano (Robert, 2021). La gura 1 esquematiza la ló-
gica operativa de Airbnb mencionada hasta el momento.
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Figura 1
Lógica operativa de Airbnb desde la EPC
A partir de estos elementos, es posible corroborar que la economía co
-
laborativa es una quimera que impulsan estas plataformas austeras, con el
n de encubrir sus dinámicas monopólicas y la extracción de una ganancia
pura a través de la renta sobre la renta de espacios (Olmedo-Neri, 2020). Es
necesario, ahora, dimensionar su intervención en la producción del espacio
y de las subjetividades urbanas.
Mediatizar la producción del espacio y las subjetividades urbanas
Para entender la dialéctica entre plataformas y ciudades, es necesario re-
conocer la creciente participación de las innovaciones tecnológicas en pro
-
cesos más amplios como la producción tanto del espacio urbano como de
las subjetividades espacialmente determinadas. Es decir, hay que analizar las
formas en que las plataformas trascienden las pantallas para articularse con
otros fenómenos relevantes para las ciudades del siglo XXI.
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Al respecto, es posible insistir que, contrario a la idea de la muerte de la
geografía con la llegada de las TIC e Internet, estas innovaciones tecno-info-
comunicativas ofrecen, prestan y sustentan buena parte de sus servicios/pro-
ductos en una sistemática explotación mercantil del espacio (Buzai y Ruiz,
2012; Radetich, 2022). Así, las coordenadas de los usuarios y sus hábitos con-
dicionan en buena medida tanto los circuitos de información que producen/
gestionan/consumen como los productos y servicios que pueden comprar/
contratar, mientras que las empresas transnacionales aprovechan este carácter
para incrementar su tasa de ganancia mediante las desigualdades sistémicas
que les permiten deslocalizar sus cadenas productivas y estructuras adminis-
trativas (Morley, 2008; Yúdice, 2008).
Por lo anterior, esta vinculación muestra que la forma de vivir y construir
la ciudad contemporánea es intervenida por las nuevas formas mediatizadas
de ser/estar en el mundo. Una coartada analítica que permite pensar estos ele-
mentos es a través de la noción de habitar la urbanidad, pues su producción
y la subjetividad que de ella emana adquieren fuertes rasgos tecnológicos.
Así, el concepto ‘habitar se puede desdoblar en dos sentidos particula-
res: la primera forma es como un posicionamiento ontológico del sujeto en
y ante el mundo (social y natural). En este sentido, el ejercicio de habitar es
una acción intrínseca del ser humano pues es un acto inalienable en su pro-
ceso de ser/estar en el mundo (Arendt, 2009; Lefebvre, 2013; Garcia, 2022).
Este posicionamiento se sostiene a través de la experiencia y la subjetividad
producida en ese proceso de referencialidad espacial y existencial; así, la
subjetividad urbana, entendida como la heterogénea y contingente tesitura
sociocultural e identitaria que construye individual y colectivamente el ur-
banita al estar (en), uir (con) y vivir (dentro de) la ciudad, sus ventajas y
contradicciones (Vázquez Rodríguez y García Garza, 2015), se (re)produce
o disloca en la medida en que una persona gana o pierde el control de ese
lugar como aquella parte del mundo que le es común/propio y desde donde
interpela el todo.
El segundo sentido que puede adquirir el término habitar es aquel que re-
mite a un proceso que implica este posicionamiento espacial-subjetivo. Así,
habitar es, pues, una muestra de la capacidad de agencia que tiene el sujeto
sobre el espacio y sus componentes (in)tangibles; al habitar un lugar, este
es sistemáticamente preñado de sentidos por parte de quien lo habita, esto
es, que lo vuelve parte el punto de referencia dentro del mundo y desde allí
se construyen hábitos y se materializa la vida cotidiana. Entonces, la pro-
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ducción del espacio urbano es, ante todo, un proceso de transformación de
la naturaleza para el desarrollo de lo social, sus reglas, sus accesos, restric-
ciones y desigualdades; siguiendo a Lefebvre (2013), “el espacio (social) no
es una cosa entra las cosas, un producto cualquiera entre los productos: más
bien envuelve a las cosas producidas y comprende sus relaciones en su coe-
xistencia y simultaneidad” (p. 129).
Así, la producción del espacio nunca decanta en producto nal e inmuta-
ble, por el contrario, es un permanente proceso que está determinado por la
aceptación, negociación y resistencia de los diversos sentidos que pretenden
imponerse en ese lugar, lo cual muestra la esencia conictiva que deviene en
todo proceso de producción espacial (Vergara y Fraire, 2018).
No obstante, estos procesos de habitar el mundo, los cuales siempre tu-
vieron una relación directa entre sujeto y espacio, se han visto drásticamente
intervenidos por las TIC, pues estas herramientas mediatizan la mayoría de
las relaciones sociales contemporáneas (Gómez Cruz, 2022); este proceso de
mediatización ha trastocado las formas situadas e históricas de sociabilidad,
para engendrar nuevos modelos que sintonizan con el modo de producción
hegemónico, es decir el capitalismo.
Desde la primera década del siglo XXI, las aplicaciones que monetizan
el sentido de hospitalidad y que mercantilizan los hogares han ganado terre-
no en tanto nuevo modelo de acumulación que, como ya se ha indicado, se
sustenta discursivamente en una economía colaborativa, pero que realmente
es una forma de intermediación que explota las condiciones objetivas de los
espacios, sean urbanos o rurales, generando impactos geográcamente dife-
renciados al interior de los territorios donde se instalan y desde donde impo-
nen su lógica de exclusión y desplazamiento que pretende instaurarse como
nuevo modelo societal urbano (Ciaramelli, 2023).
Además, en las ciudades contemporáneas el tiempo se vuelve una mer-
cancía, por lo que sobre él opera un ciclo de acumulación capitalista funda-
do en la aceleración de todos los ámbitos de la vida cotidiana (Olmedo-Ne-
ri, 2020; Robert, 2021). De este modo, en el actual proyecto neoliberal, las
ciudades se vuelven espacios bajo intensos procesos de ecacia y racionali-
zación, convirtiéndolas en una máquina que, mediante la explotación de sus
componentes, genera una plusvalía que es disputada por los capitales que allí
circulan (Garcia, 2022).
Bajo estas ideas, es posible sostener que Airbnb y su lógica operativa
impide que los sujetos (tanto los residentes otantes como los permanen-
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tes) puedan habitar los espacios ofrecidos en su inventario mediatizado. Por
un lado, al ser despojados o desplazados de sus moradas (propias o alquila-
das), los residentes permanentes ven interrumpida y limitada su capacidad
de agencia al no poder participar en la producción de la ciudad ya que son
obligados a des-habitar un lugar.
Por otro lado, quienes rentan un espacio mediante esta plataforma no pue-
den concretar un posicionamiento espaciotemporal pues ese lugar es suyo
parcial y temporalmente, por lo que no pueden ejercer agencia total ya que
las condiciones del contrato limitan su capacidad de ser/estar en el mundo,
produciendo una lógica de in-habitabilidad.
De este modo, la mediatización que ejecuta Airbnb sobre las residencias
que ofrece en su interfaz frustra cualquier posibilidad efectiva de habitar di-
chos lugares, ya que quienes son desplazados pierden esa posibilidad, mientras
que quienes los desplazan no pueden habitar ese espacio de forma completa y
auténtica. Esta anulación desgasta severamente la (re)producción del espacio,
ya que queda a merced de los antriones y el capital que impulsa este modelo
de negocio, y al mismo tiempo altera la producción de subjetividades urbanas.
Entonces, Airbnb despliega políticas de des-habitabilidad e in-habitabilidad
de forma encubierta, las cuales se gestan a través de la mercantilización de la
ciudad y sus espacios de residencia en benecio del capital albergado en este
tipo de plataformas y la especulación inmobiliaria ya presente en las ciudades.
Finalmente, la mediatización de fenómenos de segregación espacial como la
gentricación es un proceso articulado y excluyente. Así, en la ciudad neoliberal
existe una reconversión importante en la producción tanto del espacio como de las
subjetividades urbanas; ya no se piensa en una ciudad que se adapte a las personas
que la habitan, sino que ahora se busca la producción de un sujeto que se adecue
al nuevo modelo societal urbano (Garcia, 2022; Ciaramelli, 2023; Romo, 2024).
Estos elementos serán cruciales pues el nuevo proyecto urbano empren-
derá un proceso de desplazamiento (in)directo sobre quienes no cumplan es-
tos nuevos requisitos provenientes del capitalismo.
Materiales y método
Para sostener empíricamente los planteamientos hechos, este trabajo se
sustenta en una metodología cuantitativa de alcance descriptivo y espacial.
La relevancia de este diseño metodológico descansa en el ofrecimiento de
análisis que cruzan las dimensiones de poder entre la tecnología y el espacio,
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en este caso el urbano, ampliando con ello la escala de análisis sin perder de
vista la dialéctica que opera en su articulación.
Así, el corpus de análisis yace en la base de datos de alojamientos Airbnb
en la Ciudad de México, la cual es producida y publicada por Airbnb Inside
(2024)
1
. Esta plataforma parte de un proyecto social más amplio que busca
visibilizar los impactos de este tipo de aplicaciones en las ciudades, por lo
que este activismo de datos sustentado en el data scraping permite fomentar
análisis situados que serían más difíciles de realizar ante la falta de transpa-
rencia y disposición de parte de la propia aplicación por liberar los datos pre-
cisos de los alojamientos que ofrece a través de su interfaz (Gainsforth, 2021).
El análisis enfocado en la capital de México recae en que los estudios
sobre la integración de las plataformas como Airbnb en el escenario urbano
se han concentrado a diferentes escalas analíticas (a nivel colonia,2 alcaldía
y estatal) dentro de este territorio político-administrativo (Montes de Oca
et al., 2018; Zamorano Villarreal, 2019; Olmedo-Neri, 2020; Villar Calvo
et al., 2021; González Loyde, 2023), por lo que la contribución de este tra-
bajo recae en la construcción de un panorama a nivel estatal y de colonia
que permita evidenciar los procesos vinculados a la dimensión de movilidad,
marginación y económica de este fenómeno.
Los datos obtenidos fueron sometidos a un proceso sistematización y
limpieza en hojas de cálculo y tablas dinámicas que permitieron homologar
criterios de referencialidad en el contexto de la Ciudad de México. Después,
se llevó a cabo un proceso de georreferenciación y análisis a partir del uso
de Sistemas de Información Geográca (SIG), particularmente se utilizó el
software ArcGIS. Con dicho software fue posible ubicar espacialmente los
alojamientos y a partir de ello calcular su densidad a nivel de colonia y Al-
caldía. Con este proceso fue posible explicar las dinámicas de fractura y mer-
cantilización urbanas que genera Airbnb a través de su modelo de negocio.
Finalmente, se realizaron diversos mapas, grácas y tablas que muestran
el panorama de Airbnb en la Ciudad de México, destacando su ubicación y
1 La actualización de los datos se da de manera trimestral, por lo que los datos realizados corresponden
a septiembre de 2024.
2 De acuerdo con el Diccionario del Español de México (DEM, 2025), se dene colonia como “cada una
de las zonas urbanas que se forma alrededor del centro de una ciudad”; en una denición más próxima
a la perspectiva urbana podría entenderse como una agrupación de manzanas que obtienen un nombre a
partir de un rasgo identitario (por ejemplo, la Colonia Escandón, Colonia Centro o Colonia Doctores). El
uso de este término es muy frecuente en México, sin embargo, no presenta diferencias sustanciales con
los empleados en otros países como, por ejemplo, barrio. De este modo, podrían considerarse sinónimos.
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articulando su heterogénea distribución espacial con otras variables como el
acceso a los servicios públicos de movilidad que se han desarrollado en la
capital del país y los niveles de seguridad dentro de las colonias capitalinas.
Resultados
Los hallazgos muestran que, para el tercer trimestre del 2024, en la Ciudad
de México, existen 26 582 alojamientos dentro del catálogo de esta plataforma
austera. El gráco 1 muestra el crecimiento de hospedajes dentro de la plata-
forma, evidenciando que el 2016 fue el año con mayor número de espacios
registrados;3 de allí en adelante, el 2021 es el año con menor registro de nue-
vos alojamientos, por lo que puede ser un efecto (in)directo de la pandemia.
Gráco 1
Nuevos alojamientos según año (2009-2024)
9
49
291
601
1098
1676
3058
4083
2843
2408
2429
1584
1306
1900
2337
910
958 349 950 2048
3724
6782
10865
13708
16116
18545
20129
21435
23335
25672
26582
0
5.000
10.000
15.000
20.000
25.000
30.000
0
500
1.000
1.500
2.000
2.500
3.000
3.500
4.000
4.500
2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021 2022 2023 2024
Acumulado
Nuevos alojamientos
Nuevos alojamientos Acumulado
Nota. Elaboración propia a partir de datos de Airbnb Inside (2024).
3 Vale mencionar que el número de alojamientos no corresponde al número de antriones (4,092), pues
como parte de la especulación inmobiliaria y las desigualdades socioterritoriales para obtener una
vivienda en la capital mexicana, se tienen registros de arrendadores que tienen más de 100 espacios
disponibles para renta. Estos casos ‘excepcionales’ ejemplican la fractura de la socialidad en la Ciudad
de México. Algunos de los perles/antriones que ostentan grandes cantidades de alojamientos en el
catálogo de Airbnb son: Blueground (258 casas/departamentos), Mr. W (243 casas/departamentos) y
HOMi (134 casas/departamentos).
73
Raul Anthony Olmedo-Neri. El privilegio a la ciudad: (dis)locaciones socioespaciales de Airbnb en la Ciudad de México
A nivel, espacial, estos alojamientos exhiben su arbitrariedad, pues como
lo muestra el mapa 1, existen siete colonias, todas ellas cercanas al Centro
Histórico de la Ciudad de México, que concentran una gran cantidad de alo-
jamientos disponibles para ser alquilados mediante Airbnb.
Mapa 1
Ciudad de México: distribución y número de alojamientos Airbnb,
según colonia (2024)
Nota. Elaboración propia con datos de Airbnb Inside (2024).
De este modo, el 26.44 % de los hospedajes en Airbnb se concentran en
las siguientes siete colonias: Cuauhtémoc (1214), Juárez (1157), Roma Nor-
te II (1083), Condesa (1017), Roma Norte I (869), Hipódromo I (858) e Hi-
pódromo II (829). Estas colonias, paralelamente, han sido analizadas por los
intensos procesos de gentricación que vienen sufriendo desde las diversas
políticas de renovación urbana implementada en la capital del país (Madrigal
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Universitas-XX1, Revista de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador,
No. 42, marzo-agosto 2025
Montes de Oca et al., 2018; Zamorano Villarreal, 2019; Villar Calvo et al.,
2021; Olmedo-Neri, 2024).
Así, esta distribución arbitraria permite fortalecer la idea de los efectos
diferenciados espacialmente pues el hecho de que estos alojamientos se con-
centren en ciertas zonas responde más a dinámicas de rentabilidad que de
posibilidades efectivas de concreción. El gráco 2 evidencia el crecimiento
o no de estos espacios en cada alcaldía, exhibiendo su Tasa de Crecimiento
Media Anual (TCMA) de los últimos años.
Gráco 2
Número de alojamientos según Alcaldía (2019-2024)4
12231
4533
3152
1719
1075 812 734 506 442 399 349 266 143 143 50 28
87
-1-1
2
-1
15
8
1
87
000
6
12
-2
0
2
4
6
8
10
12
14
16
-500
1500
3500
5500
7500
9500
11500
13500
Cuauhtémoc
Miguel Hidalgo
Benito Juárez
Coyoacán
Álvaro Obregón
Tlalpan
Venustiano Carranza
Gustavo A. Madero
Cuajimalpa
Iztacalco
Azcapotzalco
Iztapalapa
Magdalena Contreras
Xochimilco
Tláhuac
Milpa Alta
Tasa de Crecimiento Media Anual (%)
Alojamientos Aribnb
2019 2022 2023 2024 TCMA
Nota. Elaboración propia a partir datos de Airbnb Inside (2024).
Como se observa, Airbnb se comporta de manera diferente según la alcal-
día, evidenciando su arbitrariedad en cuanto a su planicación y expansión
territorial. Respecto a la TCMA, su comportamiento es heterogéneo, mos-
trando alcaldías que están llegando a un punto de saturación que les ha obli-
4 Dada la gran cantidad de datos, Airbnb Inside (2024) tiende a reducir la disponibilidad de datos históricos,
por lo que no fue posible rescatar los datos de 2020 y 2021 para este ejercicio analítico.
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Raul Anthony Olmedo-Neri. El privilegio a la ciudad: (dis)locaciones socioespaciales de Airbnb en la Ciudad de México
gado a decrecer, mientras que otras han tenido un crecimiento mayor que en
aquellas alcaldías donde tienen una pronunciada presencia.
Ahora bien, un elemento clave para este tipo de análisis no solo yace en
la ubicación, sino su articulación con la composición de los hospedajes, esto
es, qué tipo de espacios se alquilan según la alcaldía en la que se encuentran.
El gráco 3 muestra esta distribución.
Gráco 3
Distribución porcentual de Airbnb por tipo de alojamiento,
según Alcaldía
53,9
63,0
57,6
46,2
70,6
71,9
44,9
54,4
49,6
46,2
72,5
71,4
58,0
41,5
61,0
57,3
0,8
0,2
0,2
0,7
0,3
0,4
44,8
37,0
40,2
53,0
28,7
25,7
49,6
41,6
48,9
53,1
26,3
25,0
42,0
57,3
37,1
41,3
0,5 2,0 0,5 0,7 1,7 5,5 3,8 1,5 0,7 0,8 3,6 1,2 1,9 1,4
0,0
10,0
20,0
30,0
40,0
50,0
60,0
70,0
80,0
90,0
100,0
Álvaro Obregón
Azcapotzalco
Benito Juárez
Coyoacán
Cuajimalpa de Morelos
Cuauhtémoc
Gustavo A. Madero
Iztacalco
Iztapalapa
La Magdalena Contreras
Miguel Hidalgo
Milpa Alta
Tláhuac
Tlalpan
Venustiano Carranza
Xochimilco
Casa/Departamento Habitación Hotel Habitación privada Habitación compartida
Nota. Elaboración propia a partir de datos de Airbnb Inside (2024).
Este escenario es crucial pues exhibe la dinámica de des/repoblamiento
de estos espacios y alcaldías como parte de la rentabilidad que supone su al-
quiler en Airbnb; mientras que una habitación privada o compartida implica
una renta parcial dentro de una residencia, el alquiler total de estos lugares
—sumados al tipo de propietario con el que se interactúa— muestra un me-
canismo coercitivo que priva a los residentes locales de estos espacios por
el costo que implica su alquiler bajo esta forma acelerada y racionalizada de
la habitabilidad de la ciudad.
Una vez que se tiene conocimiento sobre dónde se concentran estos alo-
jamientos, resulta claro observar cuál es la interseccionalidad que adquieren
estas colonias en cuanto a servicios como transporte y marginación/violen-
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Universitas-XX1, Revista de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador,
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cia urbana.5 Así, el mapa 2 muestra el entrecruzamiento de estos factores en
la Ciudad de México.
Mapa 2
Ciudad de México: movilidad y violencia urbana según Alcaldía
Nota. Elaboración propia con datos de Airbnb Inside (2024), CentroGeo (2022) y Gobierno de la Ciudad
de México (2022).
Estas imágenes ofrecen dos elementos clave: en cuanto a movilidad, las
colonias con mayor número de alojamientos están bien comunicadas y con
una amplia y diversa oferta de medios públicos de transporte. De ellos des-
tacan las cicloestaciones pues se han convertido en un mecanismo predilec-
to para las nuevas generaciones y especialmente aquellas que apuestan por
5 Esta capa de información tiene un carácter interseccional que incluye, entre otras cosas: acceso a
espacio público, deterioro urbano, botones de pánico, ingreso/pobreza, cobertura de seguridad, calidad
y espacios de la vivienda (CentroGeo, 2022).
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Raul Anthony Olmedo-Neri. El privilegio a la ciudad: (dis)locaciones socioespaciales de Airbnb en la Ciudad de México
formas alternativas de corte individual para la movilidad urbana; junto a las
cicloestaciones se desarrolla la infraestructura ciclista que, como se observa,
tiene igualmente una distribución desigual pues la mayoría está concentrada
en la Alcaldía Cuauhtémoc y Benito Juárez; conforme se aleja de esos espa-
cios, la oferta de transportes se ve drásticamente reducida como resultado de
la centralización de recursos y servicios, típico de las ciudades latinoameri-
canas (Olmedo Neri, 2024).
En cuanto a la marginalidad y violencia urbana se muestra una tendencia
similar, pues un buen porcentaje de los alojamientos se encuentran en luga-
res donde estos indicadores son bajos, interviniendo directamente en la pro-
ducción de las subjetividades urbanas de los huéspedes. Para rearmar esta
idea se presenta la tabla 1.
Tabla 1
Alojamientos Airbnb según nivel de marginalidad y violencia urbana
Marginalidad y violencia urbana Número de alojamientos Porcentaje (%)
Sin dato 21 0.079
Muy baja 9101 34.23
Baja 10 335 38.88
Media 5577 20.98
Alta 1219 4.58
Muy alta 329 1.24
Con estos datos es posible observar que el 73.11 % de los alojamientos
están estratégicamente ubicados en colonias donde la marginalidad y la vio-
lencia urbana son bajos o muy bajos, evidenciando que su ubicación no solo
responde a lugares bien ubicados dentro de la infraestructura urbana, sino
que al mismo tiempo son espacios donde la violencia no opera de manera
estructural como en otras colonias y alcaldías.
Finalmente, cobra relevancia observar de qué manera estas espacialida-
des se ven reejadas por las dinámicas económicas; para ello se presenta el
mapa 3, el cual muestra los rangos promedio en que oscila el precio de renta
de los alojamientos de Airbnb según la colonia.
A partir de ello, las colonias empiezan a mutar su constitución pues el
precio de la renta de espacios tiene una tendencia al alza; este incremento en
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Universitas-XX1, Revista de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador,
No. 42, marzo-agosto 2025
la renta estimula no solo efectos directos para el desplazamiento de la po-
blación residente, sino que de manera indirecta comienzan a darse transfor-
maciones como el cambio en los espacios comerciales y el encarecimiento
progresivo del estilo de vida (Olmedo-Neri, 2024).
Estas estrategias muestran cómo Airbnb no solo interviene en la produc-
ción del espacio urbano, sino que suma desafíos que recrudecen la posibili-
dad de seguir siendo lugares para las clases medias o que, como en muchas
de las urbes contemporáneas, alquilan residencias ante la tiranía espaciotem-
poral que supone ser/vivir/transitar de la periferia a la urbe.
Mapa 3
Ciudad de México: promedio de alquiler según colonia
Nota. Elaboración propia con datos de Airbnb Inside (2024).
Estos resultados ofrecen un panorama situado sobre la presencia de Air-
bnb en la Ciudad de México. Además de ello, los elementos visualizados in-
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Raul Anthony Olmedo-Neri. El privilegio a la ciudad: (dis)locaciones socioespaciales de Airbnb en la Ciudad de México
vitan a reexionar sobre los desafíos que se presentan para una ciudad como
esta en los albores del siglo XXI y bajo las ya mencionadas fuerzas econó-
micas que intentan transformar las ciudades en mercancías y despojarlas de
toda posibilidad de habitabilidad.
Conclusiones y discusión
Este trabajo tuvo por objetivo construir un panorama sobre el despliegue
de Airbnb en la Ciudad de México; mediante un análisis cuantitativo descrip-
tivo y su posterior visualización espacial fue posible encontrar resultados que
fortalecen los elementos planteados desde la EPC.
Como primer punto relevante se encuentra el hecho de que la mayo-
ría de los alojamientos de Airbnb tienden a ubicarse en lugares cercanos al
centro histórico de la Ciudad de México; esto tiene consecuencias tanto en
las colonias donde predominan las clases populares como en aquellas otras
donde ya existen otros procesos de lucha por el derecho a la ciudad. Espe-
cialmente, cobra relevancia que algunas de las colonias donde hay una alta
concentración de alojamientos de Airbnb también presentan diversos grados
de gentricación, lo cual refuerza los planteamientos hechos en otras inves-
tigaciones sobre el paralelismo entre gentricación y la presencia de Airbnb
(Zamorano Villarreal, 2019; Villar Calvo et al., 2021; Olmedo-Neri, 2024).
El segundo elemento es que la ubicación de estos alojamientos es arbi-
traria y extractiva, por lo que aquellas zonas mejor conectadas, con mayor
disponibilidad de medios de transporte público y con bajos índices de mar-
ginalidad y violencia urbana se vuelven deseables y viables de mercantili-
zación. Por ejemplo, la movilidad en la urbe a través de transporte público,
por sus condiciones sociohistóricas de producción, se vuelve un recurso vital
para el proceso de habitar una ciudad, por lo que su acceso/restricción tiene
serios efectos en la producción de subjetividades urbanas ya que la ambiva-
lente aceleración/ralentización de la movilidad es un rasgo constante de la
vida urbana sobre todo en ciudades latinoamericanas (Olmedo-Neri, 2020).
Así, una primera explicación de esta lógica radicaría en el proyecto neo-
liberal que se impulsa desde hace varios años en las diversas ciudades de la
región y el mundo, pues al ubicar alojamientos con estas condiciones no solo
garantiza a la plataforma la capacidad para captar el interés de potenciales
huéspedes, sino que de esta manera los espacios, recursos y servicios públi-
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Universitas-XX1, Revista de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador,
No. 42, marzo-agosto 2025
cos son cooptados, o como propone Radetich (2022) “appropiados”, para in-
sertar ciclos de acumulación sustentados en la mercantilización del espacio
urbano y de las respectivas subjetividades urbanas.
Entonces, ofrecer lugares de hospedaje bien conectados, céntricos y con
bajos niveles de violencia/criminalidad no solo garantiza una subjetividad
urbana predeterminada que incrementa la probabilidad de que el huésped
vuelva a alquilar el lugar, sino que detrás de ello se asegura el consumo tem-
poral de la ciudad, anulando progresivamente su capacidad de (re)producirse
como espacio habitable y volviéndose una mercancía disponible para quien
puede pagarla (Vollmer, 2019; Gainsforth, 2021).
Por otro lado, se refuerza el planteamiento de que los espacios airbnbi-
cados despliegan mecanismos simultáneos de des-habitabilidad e in-habita-
bilidad, ya que los residentes permanentes pierden la capacidad de reproducir
la ciudad —al ser desplazados directa o indirectamente— y su subjetividad
urbana se ve fuertemente trastocada y mermada al ser excluidos. Al mismo
tiempo, estos residentes son obligados a desplazar a otros con el n de mitigar
el impacto de su expulsión en su vida cotidiana; así se fragua el efecto domi-
de los fenómenos de segregación como la gentricación (Olmedo-Neri,
2024), acentuando la marginación de algunos grupos sociales y reduciendo
aún más su capacidad de ejercer el derecho a la ciudad. Por su parte, quienes
llegan a una ciudad vía Airbnb no pueden habitar el lugar dado que sus in-
tereses no son de permanencia, sino de tránsito, por lo que son incapaces de
participar en la producción del espacio social y las subjetividades que la ciu-
dad les produce están determinadas por la cappitalización de la infraestruc-
tura, recursos (in)tangibles y servicios presentes/cercanos obtenidos por los
urbanitas permanentes (Radetich, 2022). De este modo, la producción local
del espacio pierde legitimidad, lo cual se recrudece con el desplazamiento
progresivo de quienes des-habitan ese lugar.
Por estas razones, Airbnb y todas aquellas aplicaciones que monetizan el
espacio, la movilidad y los servicios interrumpen y erosionan las prácticas,
sentidos y saberes producidos intersubjetivamente en la ciudad neoliberal.
Todo esto lleva inevitablemente a la erosión de los vínculos sociales, la frag-
mentación de la urbanidad y su transformación en un lugar-máquina racio-
nalizado y acelerado de forma economicista (Robert, 2021; Garcia, 2022).
Por lo anterior, tanto Airbnb como la especulación inmobiliaria que opera a
nivel subnacional anulan toda capacidad de habitar los espacios urbanos. Lo
anterior signica que, en la ciudad neoliberal, el control de la subjetividad
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Raul Anthony Olmedo-Neri. El privilegio a la ciudad: (dis)locaciones socioespaciales de Airbnb en la Ciudad de México
y la habitabilidad urbanas se da de manera indirecta mediante la producción
de los espacios privados y públicos. De este modo, tamaño, estructura, ser-
vicios, diseño y estética condicionan la capacidad de agencia del sujeto so-
bre la residencia alquilada, moldeando a su vez su subjetividad en torno a la
ciudad y sus espacios-recursos públicos.
A partir de estos elementos es crucial discutir la participación positiva
o negativa de Airbnb en la preguración del derecho a la ciudad. Si como
arma Harvey (2013), el derecho a la ciudad “es por tanto mucho más que
un derecho de acceso individual o colectivo a los recursos que esta almace-
na y protege; es un derecho a cambiar y reinventar la ciudad de acuerdo con
nuestros deseos” (p. 20), a partir de lo encontrado se observa que el actual
funcionamiento de Airbnb está promoviendo un cambio sutil, pero de gran
impacto en la forma de pensar las urbes, pues con cada nuevo alojamiento a
disposición de residentes otantes y clases sociales con alto poder adquisiti-
vo, el derecho a la ciudad se trasmuta en el privilegio a la ciudad, esto eso, la
posibilidad no de habitar la ciudad, sino de consumirla de manera temporal y
reiterada en tanto el sujeto tenga la capacidad económica para hacerlo. Solo
con la mercantilización de la ciudad y la consecuente privatización de dere-
cho a habitarla es posible expulsar a quienes no pueden adaptarse a las nue-
vas condiciones que exige la propia ciudad en tanto modo societal capitalista.
De esta manera, este privilegio a la ciudad puede ser entendido como un
proyecto ideológico, espacial y económico por el cual la ciudad opera ya no
como lugar habitable, sino como medio de producción por el cual el capital
explota el espacio para obtener una plusvalía a través de su transformación
en una mercancía en permanente consumo. El privilegio a la ciudad se evi-
dencia en la dinámica de distribución de los alojamientos de Airbnb, ya que
la mayoría de los hospedajes activos en la Ciudad de México no solo tienen
garantizado múltiples puntos de transporte público y cercanía a espacios don-
de se concentra la vida citadina mexicana, sino que además se sitúan dentro
de colonias donde la marginación y la violencia son bajas.
Dicho de otra manera, el modelo de negocio de Airbnb contribuye a la
metamorfosis urbana de manera negativa pues transforma los derechos urba-
nos conseguidos gradual e históricamente por sus habitantes, en privilegios
accesibles solo para ciertos sectores poblacionales con alto poder adquisiti-
vo. Así, al operar en ciudades con alta densidad poblacional y desigualdad
social, las plataformas austeras como Airbnb intervienen en la producción
de la ciudad y contribuyen a las lógicas de segregación y exclusión sociales.
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Universitas-XX1, Revista de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador,
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Sumado a lo anterior, se encuentra el aprovechamiento y profundización
de las desigualdades socioterritoriales en torno a las urbes del siglo XXI, pues
la concentración de casas, departamentos y habitaciones por parte de an-
triones va de la mano con la erosión de las condiciones objetivas para que la
población de clases populares tenga derecho a una propiedad; por el contra-
rio, la lógica de mercantilización de la ciudad obliga a incrementar sistemá-
ticamente la población que no tiene la capacidad económica para hacerse de
una residencia, obligándose a deambular por la ciudad neoliberal mediante
el alquiler en tanto nueva forma de habitar el espacio urbano (Gainsforth,
2021; Garcia, 2022; Ciaramelli, 2023).
De este modo, la ciudad neoliberal impulsa un nuevo proyecto societal
fundado en el privilegio a la ciudad, donde la gentricación opera como me-
canismo de expulsión y donde las plataformas de hospedaje como Airbnb
erosionan la habitabilidad de la urbe bajo una razón instrumental y acelera-
dora. Ante esta situación, resulta preciso observar en futuras investigaciones
de qué manera los urbanitas desposeídos se organizan para hacer frente al
capital de avanzada y cómo recuperar/pregurar su derecho a la ciudad en
contextos marcados por una creciente y desfavorable correlación de fuerzas.
Una forma de analizar esta dimensión recae en la complicidad o compro-
miso de los gobiernos para enfrentar o no esta situación. Para el caso mexi-
cano, en octubre de 2024 se realizó una modicación a la Ley de Turismo
de la Ciudad de México, así como la Ley de Vivienda y la Ley para la Re-
construcción Integral de la capital para, entre otras cosas, establecer como
máximo seis meses el tiempo total de alquiler de un inmueble y prohibir el
registro en Airbnb de viviendas de carácter popular o social o que hayan sido
reconstruidas por eventos naturales como los sismos (Rodríguez Soto, 2024).
Dichas medidas son similares a las que se han implementado en otros países
como Estados Unidos, Alemania y España (Vollmer, 2019; Gainsforth, 2021),
por lo que se requiere seguir evaluando esta dimensión de la mano con un
ordenamiento territorial que busque la justicia social. El panorama espacial
expuesto se congura como un método viable que puede ser de utilidad en
la planicación territorial de las ciudades, ofreciendo elementos para regular,
por ejemplo, el número de alojamientos de este tipo de plataformas según
la colonia o barrio, así como destinar una parte de los impuestos cobrados a
estas plataformas para la mejora de otras áreas urbanas con el n de reducir
las desigualdades socioterritoriales (seguridad, movilidad y precio de renta)
al interior de las ciudades.
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Raul Anthony Olmedo-Neri. El privilegio a la ciudad: (dis)locaciones socioespaciales de Airbnb en la Ciudad de México
Un elemento que contribuiría positivamente a estos procesos de regulación
y planicación territorial sería el transparentar los datos relativos a la ubica-
ción de estos alojamientos por parte de Airbnb en tanto insumos necesarios
para el desarrollo de políticas públicas que permitan frenar las dislocacio-
nes socioespaciales paralelas al funcionamiento de las plataformas austeras.
Estos esfuerzos muestran el inicio del posicionamiento del Estado y los
gobiernos mexicanos ante las problemáticas que aquejan a sus habitantes ante
las nuevas dinámicas globales de movilidad humana eventual y con diversos
nes. Estos procesos de regulación digital y al mismo tiempo territorial son
partes fundamentales de la cuestión urbana contemporánea. Lo que queda cla-
ro es que los gobiernos no pueden negarle el derecho a la ciudad a sus propios
ciudad-anos. De hecho, desde una perspectiva de justicia social el derecho a la
ciudad en el siglo XXI puede ser todo menos negociable, por lo que la denuncia
de su transformación en un privilegio debería cobrar eco en el futuro cercano.
Finalmente, es importante insistir que para pensar la ciudad del siglo
XXI se requiere reconocer e integrar a las plataformas y sus modelos de ne-
gocio como elementos que intervienen en la producción y ordenamiento de
las ciudades contemporáneas.
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Universitas-XX1, Revista de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador,
No. 42, marzo-agosto 2025
Declaración de Autoría - Taxonomía CRediT
Autor Contribuciones
Raul Anthony Olmedo-Neri
Roles: conceptualización, metodología, soware, valida-
ción, análisis formal, investigación, recursos, curaduría
de datos, escritura-borrador original, escritura-revisión
y edición, visualización, supervisión, administración del
proyecto, adquisición de fondos.