Chatbot:
comunicación digital y religiosidad tras la pandemia en Latinoamérica
Chatbot:
digital communication and religion after the pandemic in Latin America
Luana Priscila Wunsch
Centro
Universitário Internacional-UNINTER, Brasil
lpriscila@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-9105-9520
Jonas Rafael Nikolay
Centro
Universitário Internacional-UNINTER, Brasil
jonas.nikolay@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-3227-2014
Evelyn Damasceno Silva de Freitas
Centro
Universitário Internacional- UNINTER, Brasil
evedamasfreitas@gmail.com
https://orcid.org/0000-0003-1574-4515
Recibido: 28/06/2022 Revisado:
30/07/2022 Aceptado: 14/08/2022 Publicado: 01/09/2022
Forma sugerida de citar: Wunsch, L. P., Nikolay, J. R. y Freitas, E. (2022). Chatbot:
comunicación digital y religiosidad tras la pandemia en Latinoamérica. Universitas-XXI, 37, pp. 101-121.
https://doi.org/10.17163/uni.n37.2022.04
Resumen
El
aislamiento social que se agravó después de marzo de 2020, por Covid-19, puso
en evidencia la necesidad de pensar en una nueva agenda que utilice las
tecnologías digitales de la comunicación para apoyar el acortamiento de
distancias para tener nuevas posibilidades de interacción. En este sentido,
este artículo cualitativo presenta un estudio realizado sobre el uso de chatbots para la continuidad de la comunicación entre una
comunidad específica: la comunidad religiosa. Este público fue elegido para
ejemplificar la relevancia del tema sobre cómo superar, en la actualidad,
paradigmas que permitan estar presente como único método interaccional.
El diseño metodológico se estructuró en dos fases (i) revisión bibliográfica y
(ii) aplicación de un cuestionario a participantes ubicados en áreas geográficas
de ocho países Brasil, Uruguay, Argentina, Paraguay, Chile, Perú, Bolivia y
Ecuador. Los resultados muestran que el uso de los chatbots
se dio a través de tecnologías digitales como soporte de pertenencia para una
nueva agenda de comunicación y que, en contextos comunitarios, enfatiza la
seguridad de “pertenecer” y, a pesar del aislamiento, no estar solo,
permitiendo que personas de todos los ámbitos soliciten apoyo en relación con
asuntos de actualidad, problemas locales y circunstancias personales. Estas
bases destacaron las siguientes categorías de discusión para pensar sobre lo
digital en tiempos de crisis humanitaria.
Palabras clave
Comunicación,
interacción en línea, religiosidad, perspectivas, tiempos de pandemia, cultura
digital, acceso, América Latina.
Abstract
The intensified
social isolation after March 2020, Covid-19, highlighted the need to think
about a new agenda of activities in which digital communication technologies
are used to support the shortening of distances and revisit new possibilities
of interaction. In this sense, this qualitative article presents a study
carried out on the use of Chatbots for communication
continuity between a specific community: the religious one. This audience was
chosen to exemplify the relevance of the theme on how to overcome, at present,
paradigms that praise the face-to-face as the only interactional source. The
methodological design was structured in two phases (i)
bibliographic review and (ii) application of a questionnaire to participants
who are in geographic areas of eight countries Brazil, Uruguay, Argentina,
Paraguay, Chile, Peru, Bolivia, and Ecuador. The results showed that the use of
Chatbots took place through - communication
technology for emotional support, the Chatbot in
community contexts, such as the one explained here, gave the security of
“belonging” to “being” and, despite the isolation, not be alone; and - use of
communication technology that can enable individuals from all walks of life to
request support in relation to current affairs, local issues, and personal
circumstances. These bases highlighted the following categories of discussion
to think about a new agenda about digital in times of humanitarian crisis.
Keywords
Communication,
online interaction, religiosity, perspectives, pandemic times, digital culture,
access, Latin America.
Introducción
La aparición
de los primeros casos de personas infectadas por el coronavirus (SARS-CoV-2) en
diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, China, que se
propagó rápidamente a nivel internacional, inició la pandemia de Covid-19, que
llegó a América Latina. Estados Unidos en marzo de 2020 y tuvo un profundo
impacto en los estilos de vida de la población que, debido al alto riesgo de
contagio, la sobrecarga de los sistemas de salud y el alto número de muertes
tuvo que reorganizar rutinas, mantener distancia bienestar social, utilizando
máscaras protectoras, entre otras estrategias de hacer un esfuerzo por
enfrentar y sobrevivir a la pandemia (OPS, 2020; Scorsolini-Comin
et al., 2020).
En Brasil, por ejemplo, la alta
tasa de contagios y muertes convirtió al país en epicentro de la pandemia (Hallal, 2021) y datos del Ministerio de Salud (Brasil,
2022) revelan que hasta junio de 2022 ya se habían registrado alrededor de 31
445 137 casos de infección por coronavirus y unas 668 000 muertes provocadas
por la enfermedad, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en alianza
con la Organización Mundial de la Salud (OMS), informó que hubo alrededor de
14,9 millones de muertes asociadas directa o indirectamente a la pandemia (OPS,
2022a).
En este contexto, muchas familias
en todo el mundo perdieron seres queridos, quedaron sin empleo, sufrieron el
hacinamiento de los sistemas de salud.
En América Latina y el Caribe, la
crisis económica existente se profundizó, provocando recesión en algunos países
(OCDE, 2020), ciudadanos tuvieron que tratar con la falta de vacantes para
atención y hospitalización, hubo un colapso en el sistema de salud (Orellana et
al., 2020; Hallal, 2021), revelando que en
regiones de extrema vulnerabilidad, en comparación con regiones de mayor poder
adquisitivo, “existe evidencia de que la pandemia de Covid-19 está exponiendo y
amplificando las inequidades en salud, especialmente en las regiones más
pobres” (Orellana et al., 2021, p. 12).
Ante un escenario tan complejo e
incierto, los individuos comenzaron a buscar alternativas y respuestas
eficientes para enfrentar la pandemia y, en cierta medida, aliviar el
sufrimiento y atender aspectos emocionales y de salud mental, considerando que
además de las consecuencias físicas de la infección por coronavirus tales como:
fiebre, tos, hipoxia, condiciones de aislamiento social también pueden
ocasionar otros síntomas como: miedo, ansiedad, soledad, ira, depresión,
insomnio, además de diferentes efectos secundarios de los fármacos ingeridos (Scorsolini-Comin et al., 2020; OPS, 2022b).
Cabe señalar que los profesionales
de la salud fueron más susceptibles a los problemas de salud física y mental
causados por la Covid-19, debido al exceso de trabajo, la exposición al virus y
el riesgo de transmitir la enfermedad a amigos y familiares, y se destaca que
entre estos profesionales, la vivencia del afrontamiento de la pandemia, el
tratamiento de pacientes con Covid-19 y el cuidado de las familias de los
pacientes también propiciaron la aparición de problemas de salud mental, como:
ansiedad, estrés, depresión, entre otros (Kang, 2020;
Humerez et al., 2020).
Por lo tanto, se nota que hubo un
aumento significativo en las búsquedas de apoyo espiritual y religiosidad,
según datos del sitio de búsqueda de tendencias de Google, la búsqueda del
término: espiritualidad, aumentó durante la pandemia, especialmente en marzo de
2020, inicio de la pandemia, lo que puede justificarse por los diferentes
estresores ya mencionados anteriormente, que se intensificaron con motivo de la
pandemia. Obsérvese los datos en el gráfico 1:
Gráfico
1
Datos sobre búsquedas de los términos:
espiritualidad y coronavirus site google trends
Nota. https://trends.google.com.br,
2022
Algunas
noticias también señalaron que la búsqueda de orientación espiritual y de
religiones creció dramáticamente durante la pandemia y también apuntan a la
relevancia de la espiritualidad para ayudar a las personas a enfrentar la
crisis de salud que azota a la humanidad (Madureira,
2021; Monteiro, 2020). Así, las diferentes religiones
tuvieron que reinventarse, con oficios, misas y meditaciones retransmitidas por
internet y distribuidas a través de las redes sociales, lo que facilitó el
acceso de la ciudadanía y la difusión de mensajes espirituales a un número más
expresivo de espectadores y oyentes (Yano, 2020).
Y, ante este escenario, se destaca
el objetivo de este estudio: investigar alternativas de comunicación digital,
de buenas prácticas en el uso de herramientas que optimicen la relación
específica considerada tan tradicional en la sociedad latinoamericana, la de la
religión-comunicación.
Ante tantas
opciones de recursos tecnológicos, este estudio está en alianza con Nißen et al. (2022) cuando dicen que los chatbots se consideran actores sociales y dado que el
tiempo es un componente esencial de las interacciones sociales, llama la
atención sobre los aspectos temporales de las relaciones. En un futuro próximo,
examinar la contingencia de las opciones de diseño un chatbot
será de gran beneficio, según las investigaciones de Liebrecht
et al. (2021).
Materiales y métodos
Para seguir un camino cualitativo,
los investigadores definieron dos fases metodológicas para este estudio: (i)
revisión bibliográfica que involucró los temas: educación y espiritualidad;
religiosidad posterior a la pandemia de Covid-19; (ii) recopilación y análisis
de datos empíricos sobre cómo la comunidad de la Iglesia Adventista del Séptimo
Día (IASD) está utilizando las tecnologías digitales de comunicación e
información.
La institución fue elegida por
utilizar chatbots para acercar a sus miembros, en un
período de pandemia y que se ha consolidado como una actividad constante.
Para entender mejor esta base
religiosa, es necesario explicar que la IASD se organiza a través de cuatro
niveles desde el miembro individual hasta la organización mundial, a saber: la
Iglesia Local, Asociación o Misión, Unión, Asociación General, una sección de
la cual es la División. En el caso de América del Sur, ocho países (Brasil,
Uruguay, Argentina, Paraguay, Chile, Perú, Bolivia y Ecuador) forman parte de
la División Sudamericana.
Así, mantienen en el territorio de
la división sudamericana un departamento de estrategias digitales, para el
mantenimiento de las redes sociales y para la producción y difusión de
contenidos para sus miembros a través de internet y aplicaciones (por ejemplo,
https://feliz7play.com/es), donde están disponibles documentales, series,
películas para miembros de todas las edades.
Los canales de televisión y radio
“Novo Tempo” están directamente vinculados a la División Sudamericana, con
programación en portugués y español, las veinticuatro horas del día y los siete
días de la semana. La radio opera con 19 estaciones con un potencial de casi 90
millones de oyentes. El canal de televisión está disponible en todas las
operadoras por suscripción sin costo adicional y también en la plataforma
YouTube.
A través de estos recursos se pone
a disposición de la programación en el canal y los estudios de radio,
herramientas para aprender más sobre la Biblia.
Los IASD buscan con las
tecnologías de comunicación e interacción contenidos para su comunidad. Durante
el período de la pandemia, tener una estructura para esto fue fundamental para
atender las necesidades y para mantener la relación con la iglesia.
Para ello, se elaboró un
cuestionario con preguntas que involucraban la relación
“religión-comunicación-tecnología”, con la participación de 12 miembros
directivos, elegidos por estar ubicados en diferentes países pertenecientes de
Latinoamérica: Brasil, Uruguay, Argentina, Paraguay, Chile, Perú, Bolivia y
Ecuador, países elegidos para este estudio.
Las preguntas orientadoras, antes
de su aplicación fueron validadas por tres especialistas: uno de Comunicación y
Expresión; dos miembros de IASD, y se estructuraron sobre la siguiente base:
¿Cómo los miembros IASD hicieron sus búsquedas para mantener sus prácticas
espirituales durante la pandemia?
Resultados
Aunque la religiosidad y la
espiritualidad suelen estar asociadas, es importante entender que los conceptos
para ambas son diferentes, ya que según Curcio (2018)
la espiritualidad se refiere a la esencia humana, relacionándose con sus
creencias, emociones, subjetividad y relaciones de los individuos con algo
considerado divino y sagrado.
Entonces, esta investigación está
en concordancia con Adikari et al. (2021)
cuando afirman que es necesario analizar la inteligencia artificial como fuente
de ayuda para realizar contribuciones dentro de la web para abarcar expresiones
que reflejan una infinidad de personalidades y comportamientos, haciendo que
este espacio se centre en las emociones de los que buscan esta actividad, para
superar la relación humano- máquina, aportando bases más sólidas para no estar
solos, a pesar de la distancia.
Religiosidad y espiritualidad
Para Koenig
(2012), la espiritualidad también se define, siente o construye a partir de la
búsqueda de respuestas del ser humano sobre el sentido de la vida y este es un
término que admite diferentes interpretaciones, lo que dificulta su
comprensión, y destaca que “el sentido del término espiritualidad se ha ampliado
recientemente para incluir conceptos psicológicos positivos como significado y
propósito, conexión, paz mental, bienestar personal y felicidad” (Koenig, 2012, p. 10). Este autor también agrega que el
lenguaje de la espiritualidad no suele asociarse con la religión o la
religiosidad, sino que está más conectado con la subjetividad del individuo y
su búsqueda de autorrealización, influyendo en su salud y calidad de vida. Para
Frankl (1991; 1994), la espiritualidad también está relacionada con la búsqueda
del sentido de la vida y su alcance no depende de religiones, religiosidad o
denominaciones específicas, sino que ambas contribuyen al logro de estos fines.
Vale agregar que en este contexto, Silva y Silva (2014) también agregan que
valores:
Como el amor,
la esperanza, la alegría, el perdón y la compasión son el combustible de la
espiritualidad. Reside en nosotros, en nuestras vidas, en nuestro mundo y en
nuestro sentido de humanidad, amistad y familia. La espiritualidad puede
encontrarse y contemplarse en cualquier acción social humana, es inherente al
hombre, está enraizada en él desde su introducción en la humanidad. (Silva y
Silva, 2014, p. 212)
La religiosidad y la religión, a
su vez, son una construcción social, instituida por el hombre y comprenden principalmente
prácticas, rituales y creencias relacionadas con una denominación o grupo
religioso, siendo muchas veces representadas por la imagen o ideologías
relacionadas con un ser superior, un Dios o dioses y alimentados por una
religión, con manuales, convicciones y reglas de conducta específicas, formando
grupos sociales, con reuniones periódicas, que pueden ser convocadas: cultos,
sesiones, misas, meditaciones (Silva y Silva, 2014).
Para Koenig
(2012), la religiosidad suele vivirse a través del culto, y busca
representaciones de ídolos o de un Dios, un ser superior. También se asocia
frecuentemente a creencias específicas sobre la vida, la muerte y normas de
conducta en diferentes grupos sociales. De hecho, la espiritualidad también
puede estar presente en estas prácticas, liturgias, rituales de culto y en las
experiencias religiosas del hombre, aunque no es el objetivo principal (Silva y
Silva, 2014), ya que, para Curcio y Almeida (2019),
ambas, espiritualidad y religiosidad, tendría la fe como elemento fundamental,
y además afirma que en:
La pregunta de qué da sentido a la
vida, el amor, la fe, Dios, la familia, los amigos, el trabajo, la cultura o la
salud fueron los elementos mencionados. Se notó que muchos participantes
citaron la palabra fe, según un modelo propuesto por Newman (2004), la
espiritualidad y la religión estarían en función de la fe, requerirían de la fe
como fundamento, serían el principio rector por el cual los individuos serían
religiosos o espiritualizado. (Curcio y Almeida,
2019, p. 290)
Así, la fe, por lo tanto, sería un
elemento esencial que contribuye a un alineamiento entre religiosidad y
espiritualidad, haciéndolas complementarias y siendo imprescindible para que
los individuos encuentren sentido a sus vidas y tengan esperanza, incluso en
medio de las dificultades y debe ser incondicional, para fortalecer
efectivamente a las personas y su espiritualidad (Silva y Silva, 2014).
Aún en este contexto, enfatizando
los posibles beneficios de la religiosidad y la espiritualidad, el estudio
elaborado por Forti et al. (2018) destaca que
la espiritualidad promueve una mejor calidad de vida, siendo relevante como
estrategia alternativa en el tratamiento y prevención de enfermedades, asociada
a los tratamientos convencionales. Melo et al. (2015) realizaron un
estudio con el objetivo de identificar una correlación entre espiritualidad,
religiosidad y calidad de vida y los resultados mostraron que, en la mayoría de
los artículos seleccionados, a través de una revisión sistemática, fue posible
detectar una correlación positiva entre estos términos, así como:
La religiosidad/espiritualidad
aparece como una de las estrategias utilizadas para afrontar situaciones
adversas, como enfermedades físicas, trastornos mentales o duelo, y por tanto
aparece como una ayuda para el afrontamiento, el consuelo y el bienestar, un
mecanismo de defensa, o incluso de resignación. Además, aparece como una gran
herramienta de apoyo social para estos sujetos. La espiritualidad, entendida
como un fenómeno más amplio, también aparece con resultados muy significativos
en los estudios, como una vía para que los individuos resignifiquen sus
desventuras y reorganicen sus experiencias. Incluso en sujetos que no adhieren
a ninguna religión, la espiritualidad aparece como una dimensión importante,
ligada a cuestiones existenciales significativas. (Melo et al., 2015, p.
459)
El estudio mencionado también
destaca que solo dos artículos seleccionados mostraron una correlación negativa
entre los términos, enfatizando la religiosidad y el comportamiento religioso
como dañinos, ya que los individuos son guiados a seguir ciertas religiones,
utilizando la fe como un medio para alcanzar metas, específicamente, para ser
más prósperos, y cuando no lo alcanzan, se sienten frustrados.
Otro factor presentado se refiere
a los sentimientos negativos que surgen del exceso de reglas o la inhibición
para el manejo de los sentimientos, lo que podría contribuir a deteriorar la
calidad de vida (Melo et al., 2015). Cabe destacar que se encontraron
otros estudios que demuestran que la espiritualidad se relaciona con la calidad
de vida, promoviendo resultados positivos en el tratamiento y prevención de la
depresión, además de otras enfermedades, y en el afrontamiento de situaciones
estresantes (Forti et al., 2018; Panzini et al., 2010; Koenig
et al., 1998; Koenig et al., 2001).
Chatbot e Iglesia: apoyo en tiempos de pandemia
Al iniciar esta reflexión, para Misischia et al. (2022), las funciones relacionadas
con los chatbots son la interacción, el
entretenimiento, la resolución de problemas, la moda y la personalización. Su
influencia puede ser considerada positiva en la calidad del servicio,
constituyendo el objetivo funcional de los chatbots,
así como el potencial en la atención al cliente.
Zhou et al. (2022) enseñan que
las interacciones entre seres humanos y chatbots se
están convirtiendo gradualmente en parte de nuestra vida social cotidiana. Así,
es necesario ver cómo se dan las interacciones humano-chatbot,
en comparación con las interacciones humano-humano y cómo influyen en la
moralidad individual.
Teniendo como base que la
religiosidad puede ser considerada como un apoyo en situaciones adversas, es
necesario tener en cuenta qué recursos se pueden necesitar para ello. Aquí se
destaca el uso de chatbots, que según Adamopoulou y Moussiades (2020)
es una herramienta que ha evolucionado rápidamente en varios campos en los
últimos años, incluyendo marketing, sistemas de apoyo, educación, salud,
patrimonio cultural y entretenimiento.
A partir de esta evolución,
podemos ver las motivaciones que impulsan su uso y su impacto en diferentes
interacciones sociales, incluso en las iglesias, como se verá en este estudio.
Ya para Dahiya
(2017), un chatbot se refiere a un robot de
comunicación, que utiliza la inteligencia para imitar la conversación humana y
ayudar al usuario respondiendo las preguntas, siendo los beneficios llevados a
su amplia adopción para proporcionar asistencia virtual.
Los chatbots
utilizan métodos y algoritmos de dos dominios de inteligencia artificial:
lenguaje natural, procesamiento y aprendizaje automático (Caldarini
et al., 2022).
Al analizar la mencionada
institución, se vio que con el fin de mantener y facilitar la comunicación con
los fieles e interesados, durante la pandemia Covid-19, se desarrolló una
herramienta de comunicación digital denominada “Esperanza”, basada en chatbot e inteligencia artificial.
Desarrollado por la cadena de
televisión Novo Tempo, perteneciente a IASD, siendo uno de los recursos
adoptados por la mencionada denominación para ayudar a los estudiantes de la
Escuela Bíblica Digital, que es un vehículo de instrucción religiosa y apoyo
espiritual, donde los interesados pueden acceder a estudios bíblicos, recibir
orientación y atención personalizada, resolver dudas sobre la Biblia o chatear
con un miembro del equipo.
La base de datos está alojada en
MONGODB, el esqueleto estaba alojado en Amazon y actualmente migró a su propia
plataforma, con las siguientes características: plataformas: WhatsApp, Telegram, Messenger, con un 96 % a través de WhatsApp, y
cuando empezó, en 2017, Messenger era más fuerte.
La principal relevancia del chatbot es facilitar el acceso a contenidos educativos y
lecciones bíblicas, además de apoyo, escucha activa y orientación espiritual, y
también sensibilizar a los miembros y directivos de la IASD sobre la
importancia de internet y los recursos digitales para enseñar y difundir
contenido relevante.
Los principales
objetivos o misión de la escuela bíblica digital y el chatbot
“Esperança” son: estudiar la Biblia a través de
internet, promover el crecimiento espiritual de estudiantes, difundir contenido
educativo, basado en principios bíblicos con el apoyo de recursos digitales,
ofrecer apoyo espiritual y mensajes de esperanza de manera receptiva, empática
y sin prejuicios (Tonetti, 2021).
Este chatbot
utiliza tecnología de inteligencia artificial y se puede acceder a través de un
enlace disponible en sitios web de la denominación antes mencionada y en la red
“Novo Tempo”, que dirige a aplicaciones de mensajería e interactúa con el
usuario, ofreciendo orientación espiritual, consejería y estudios bíblicos,
siendo una especie de instructor o profesor virtual. Según Fernandes
(2019), existen tres enlaces básicos de acceso, como se muestra en la tabla 1:
Tabla
1
Enlaces de acceso al chatbot
“Esperança” y sus funciones
Nota. Fernandes
(2019, n.p.)
Al acceder al
enlace, el chatbot interactúa con el usuario, a
través de preguntas y respuestas objetivas, que lo encaminan a acceder al
contenido deseado. Se ofrecen alrededor de 11 estudios en portugués y ocho
estudios en español, que tratan temas relevantes como: familia, salud física y
emocional, enfrentamiento al duelo, adolescencia, sexualidad, arqueología
bíblica, entre otros temas.
Actualmente, la tecnología se ha
mejorado y también puede recomendar contenido relacionado con el tema en
estudio, para ampliar la comprensión del estudiante, poniendo a disposición
materiales de video y texto, con base en una búsqueda en la colección de los
sitios web oficiales de la IASD y el Novo Tempo. Red de comunicación.
En este contexto, cabe mencionar
que el Chatbot “Esperança”
también cuenta con el apoyo de un equipo de profesionales para la atención
personalizada y humanizada, cuando el usuario está interesado, por lo tanto, en
el mencionado recurso digital.
Es un sistema artificial, pero no
necesariamente deshumanizado. Esto porque, además del equipo que responde a los
mensajes y ofrece asesoramiento personalizado, la tecnología misma también se
propone ser una herramienta para el compromiso misionero. (Tonetti,
2021, s. p.)
Cabe mencionar que hubo un aumento
del 271 % en el número de alumnos de la escuela bíblica digital en 2020, año en
que comenzó la pandemia en Brasil, lo que también generó mayores búsquedas por
parte de los individuos por religiones y espiritualidad de manera general.
El artículo escrito por Castro
(2020) revela que está programado para interactuar en dos idiomas: portugués y
español, y hasta noviembre de ese año ya había atendido a más de 100 000
estudiantes, en más de 70 países, que estudiaron la Biblia y buscó consejería y
guía espiritual, con un promedio de 140 000 mensajes enviados diariamente. El
citado autor afirma que la esperanza es una tecnología:
Para estudiar la Biblia
simultáneamente con miles de personas y grupos. Básicamente, el trabajo entre
nuestro equipo y “Esperança” se divide de la
siguiente manera: ella se ocupa de todo lo que es mecánico y sistematizable,
mientras que nuestros asistentes son responsables de lo que es humano y
requiere un cuidado especial. Todo es bastante simple y natural; mientras la
persona estudia la Biblia con “Esperança”, puede ser
asesorada y hacer sus preguntas con nuestro equipo —y todo dentro del mismo
chat, sin tener que conectarse a varios canales de atención. (Castro, 2020, s.p.)
Por lo tanto, con este escenario
en mente, se buscó la percepción sobre el uso de esta herramienta en tiempos de
pandemia, como se muestra en los gráficos 2 a 5, que están con leyendas en
portugués/español, como la manera original enviada por el idioma de los
participantes.
El primer punto que se abordó se
refirió a la búsqueda de integrantes para mantener sus prácticas espirituales
durante el período de aislamiento social, como se muestra en el gráfico 2:
Gráfico
2
Mantenimiento de prácticas espirituales
durante la pandemia
El gráfico 2 muestra que la mitad
de los participantes entienden que la búsqueda se ha intensificado y nadie considera
que sea nula.
Hasta junio de 2022, 181 638
personas estudiaron con “Esperança”, con 11 lecciones
disponibles en portugués y ocho en español, además de algunas que son para
eventos especiales como: Semana Santa, Semana de la Juventud y lanzamientos de
Feliz7Play o NTPlay. El número de mensajes diarios
ronda los 150 000.
Es importante señalar que hay
personas que solicitan atención porque tienen problemas emocionales. Hay citas
que solo duran un día y hay citas con las que el equipo habla desde hace más de
dos años.
La cantidad de celulares que hacen
funcionar la esperanza varía según las reglas de WhatsApp y otras aplicaciones
de mensajería, ya que limitan la cantidad de estudiantes por número de celular
y la cantidad de mensajes enviados. En el punto álgido de la pandemia, 2020, se
enviaban alrededor de 360 000 mensajes por día, con una media de 1000 nuevos
alumnos por día, debiendo adaptarse la infraestructura a la demanda.
El segundo punto abordado en cómo
se utilizaron las herramientas de comunicación en línea durante la pandemia,
como se muestra en el gráfico 3:
Gráfico
3
Cómo fue el uso de las herramientas
digitales
La distancia geográfica impuesta
por cuestiones humanitarias de salud fue vista como el principal obstáculo a
superar en cuanto a las prácticas en cuestión.
Sin embargo, para el 91,7 % de
participantes, las herramientas de comunicación digital fueron los puntos de
apoyo para esa superación, destacando que su uso ocurrió de forma natural y
necesaria para el contexto dado. Y, aunque el 8,3 % destacó que era la única
opción de participación, nadie mostró que esto fuera tímido o desalentador.
Estas respuestas respaldan los
desafíos de la siguiente pregunta sobre cómo ven las prácticas en línea en las
estrategias de Educación Bíblica y Comunicación Religiosa, como se muestra en
el gráfico 4.
Gráfico
4
Las prácticas on
line son importantes
El 33,3 % de los encuestados
considera que las prácticas en línea son importantes para el escenario, pero no
fundamentales, a diferencia del 66,7 % que las considera como acciones que han
venido para quedarse en la cotidianidad del estudio bíblico.
Al profundizar en el chatbot “Esperança”, la pregunta
que se plantea es quién debe apoyar el desarrollo para que, además del
acortamiento geográfico, la herramienta pueda ser utilizada de manera
significativa a los principios de esta comunidad, como se muestra en el gráfico
5.
Gráfico
5
Escucha significativa para apoyar el
desarrollo del chatbot
El gráfico 5
muestra que el 100 % de los participantes está de acuerdo en que los miembros
de la iglesia podrían/deberían ser escuchados sobre bases
importantes/relevantes que el chatbot debería
abordar. Sin embargo, el 36,4% de estos cree que además de los miembros, en
general, deben participar los pastores y administradores.
Aún sobre el impacto de utilizar
un chatbot para estudios bíblicos, los participantes
de este estudio destacaron que las fortalezas pasan porque, a pesar del uso
masivo, la agilidad en el servicio, el alcance, la rapidez de las respuestas,
hace del chatbot una herramienta que irrumpe para
contrapesar los efectos de la pandemia y así los interesados asumen el
mensaje de una forma única, innovadora, ayudando en la actividad de predicar,
motivando a los miembros a estudiar en cualquier lugar, con cualquier persona,
dando la percepción de una herramienta confiable y alentadora.
Así, las respuestas dadas ayudan a
permitir una actuación coordinada, aportando información que facilite
respuestas conductuales adaptativas, en línea con los estudios de Lange et al. (2022).
Conclusiones y discusión
Con base en los resultados de la
revisión y el cuestionario, es importante resaltar que los participantes creen
que la inteligencia artificial, por ejemplo, se ha vuelto indispensable y que
debe continuar en la agenda de innovación en este contexto, ya que en tiempos
de crisis generó la idea de pertenencia, acción. Después de todo, los medios de
comunicación móvil pueden mantener a las personas conectadas a la iglesia, a la
pastoral, sin posibilidad de retorno, ya no se trabaja sin las tecnologías que
dan la sensación de estar presente.
Desde este punto de vista, se
aprecia que los medios digitales, además de acortar distancias, pueden abrazar
la comprensión de un cambio de paradigma en la concepción de la relación entre
las personas, el pensamiento de una nueva agenda para el uso de lo digital,
especialmente cuando el escenario del puesto educativo es religioso,
históricamente constituido por la presencia.
Así, los datos presentados
destacan las siguientes categorías de discusión para pensar una nueva agenda
sobre lo digital en tiempos de crisis humanitarias sobre la conexión
tecnología-iglesia:
Figura
1
Tecnologías como suporte para nueva
agenda de comunicación
Tecnologías
digitales como soporte de pertenencia para una nueva agenda de comunicación
Mediante la enseñanza de contextos
comunitarios, como el que aquí se explica, se observa que destaca o da la
seguridad de “pertenecer” y “estar junto” y de no estar solo, a pesar del
aislamiento físico, incluso, sigue un papel importante en la coordinación de la
interacción social.
El uso de este medio de
comunicación hace revisar los procesos críticos, ya que amplía la evidencia e
indica las bases simbólicas de una persona. Esta percepción de la emoción está
relacionada en información contextual.
Además, tener un retorno de lo
esperado, extrae inferencias consecuentes y contextualizadas de las emociones
percibidas en el futuro. Sin embargo, puede ser posible identificar bases de
agentes pedagógicos, a través de conversacionales que utilizan técnicas de
inteligencia artificial para mejorar y personalizar la automatización en la
enseñanza.
Un diseño de chatbot
puede ser importante para desarrollar agentes pedagógicos atractivos, útiles y
valiosos que no solo aprovechen al máximo los avances tecnológicos, sino que
también comprendan las preocupaciones educativas emocionales, cognitivas y
sociales, comprendiendo que los usuarios interactúen por varios propósitos y
motivaciones, y durante diferentes períodos de tiempo.
Tecnologías
digitales como soporte de interacción
La red social permite a personas,
de diferentes géneros, ciudades, países, solicitar apoyo en relación con temas
de actualidad, problemas locales y circunstancias personales. Así, es posible
poner en la agenda su efecto directo del estilo de comunicación sobre la
actitud y la calidad de la interacción a través de la presencia (digital)
social.
Por lo tanto, este estilo de
comunicación (in) formal induce una mayor presencia social percibida que, a su
vez, influye positivamente en la calidad de la interacción y la actitud, aquí
destacada para prácticas religiosas, por medio de la familiaridad y por las
percepciones de idoneidad, lo que indica que los participantes asignan roles
diferentes como socios de comunicación.
En este sentido, a pesar de
entender que aún queda mucho camino por recorrer, se puede apreciar que una
ruptura tan paradigmática también ayudó a comprender el desafío que tienen las
instituciones en diferentes ámbitos sociales y para aproximar a las personas a
su entorno con quien desea estar ahí, seguir ahí.
La inteligencia artificial, en
esta perspectiva, puede ofrecer reflexión sobre nuevas experiencias de
comunicación, sobre nuevas soluciones a problemas reales, transformando la
forma de interactuar de la institución para facilitarles el alcance de
actividades propuestas.
Conjuntamente, se ve cuatro
niveles desde el miembro individual hasta la organización global: la iglesia
local, que es un cuerpo organizado y unido de miembros individuales; la asociación
local o Misión, que es un cuerpo organizado y unido de iglesias de un estado,
provincia o territorio; la unión, que es un cuerpo unido de asociaciones,
misiones o campos dentro de un territorio más grande, destacado aquí por
América del Sur.
Es afirmativo que el recurso
digital es una herramienta eficiente para la escuela bíblica digital de
comunicación, facilitando la difusión de contenidos educativos y la
comunicación con personas interesadas en temas espirituales, religiosidad y
consejería en Internet, llegando a varios países, con un lenguaje accesible,
dialógico, de forma práctica, segura, sencilla y ágil.
Sin embargo, lo que se menciona
aquí es el apoyo para la superación, experimentando que existen varias
dimensiones en las que pueden ganar confianza, como tutoría y, asistencia,
administración, evaluación y generación de resultados.
Sobre estas bases se analiza una
nueva forma de ver los hábitos de acción, el significado de las relaciones,
justificando la organización de nuevos hábitos, nuevas medidas de dudas y
respuestas, el desafío en este punto es no perder la esencia de la tutoría, del
apoyo.
Al fin, los usuarios entienden que
los medios digitales son el punto de encuentro en tiempos de crisis y que
pueden optimizar el tiempo, el tiempo de espera, el tiempo de satisfacer
necesidades, incluso las emocionales.
Con los sistemas de tutoría
inteligente es posible ofrecer experiencias personalizadas para atender
necesidades individuales y colectivas y, si se aplican de forma planificada,
pueden personalizar el plan de acción en/con la institución. Y, en esta
perspectiva de participación en línea, los miembros pueden crear grupos de
proyectos para intercambiar información, tareas, presentaciones, proporcionando
un entorno viable para el aprendizaje.
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