ISSN impreso: 1390-3837 / ISSN electrónico: 1390-8634, UPS-Ecuador, No. 39, septiembre 2023-febrero 2024, pp. 139-160.
https://doi.org/10.17163/uni.n39.2023.06
Comunicación en pandemia. Implicaciones
tecnológicas y simbólicas en la experiencia
de jóvenes universitarios
Communication in pandemic. Technological and symbolic
implications in the experience of young university students
Raul Anthony Olmedo-Neri
Universidad Nacional Autónoma de México, México
raul.olmedo@politicas.unam.mx
https://orcid.org/0000-0001-5318-0170
Recibido: 21/06/2023 Revisado: 06/07/2023 Aprobado: 08/08/2023 Publicado: 01/09/2023
Resumen
La comunicación, sus estructuras tecnológicas y sus valores simbólicos se dislocaron por la digitaliza-
ción de la vida cotidiana como consecuencia de la pandemia. Este contexto impactó la experiencia juve-
nil universitaria, por lo que resulta importante analizar los cambios socioculturales en cuanto al uso de
las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) de un grupo de universitarios, el tiempo de
conexión, el dispositivo utilizado y su relación con el espacio doméstico durante la pandemia en México.
Para ello se articula un marco teórico desde los Estudios Culturales para analizar la relación jóvenes-tec-
nología durante la pandemia e identicar su relevancia dentro de la experiencia juvenil contemporánea.
La metodología utilizada tiene un enfoque mixto con un grupo de estudiantes universitarios mexicanos
de la licenciatura en Comunicación (N=29), donde se empleó un formulario y un grupo focal para recu-
perar sus experiencias.
Los resultados muestran que la pandemia suprimió las fronteras entre lo íntimo y público, generando proce-
sos de negociación entre los miembros de la familia sobre el uso de dispositivos y los espacios domésticos.
Además, las actividades educativas, familiares y sociales incrementaron el tiempo de conexión de jóvenes
universitarios, pero además resignicaron los espacios domésticos por el solapamiento de actividades.
Finalmente, se reconoce que la habitación de los participantes se vuelve el espacio estratégico para la
experiencia juvenil en la pandemia porque las actividades universitarias, familiares y de socialización se
desarrollaron en un mismo lugar.
Palabras clave
Internet, TIC, comunicación móvil, estudios culturales, jóvenes, domesticación, experiencia juvenil,
vida cotidiana.
Forma sugerida de citar: Olmedo-Neri, R. A. (2023). Comunicación en pandemia. Implicaciones tec-
nológicas y simbólicas en la experiencia de jóvenes universitarios. Uni-
versitas XX1, 39, pp. 139-160. https://doi.org/10.17163/uni.n39.2023.06
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Universitas-XX1, Revista de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador,
No. 39, septiembre 2023-febrero 2024
Abstract
Communication, its technological structures, and its symbolic values have been dislocated by the digi-
tization of everyday life as a consequence of the pandemic. This context impacted the university youth
experience, so it is important to analyze the sociocultural changes regarding the use of Information and
Communication Technologies (ICT) of a group of university students, the connection time, the device
used and their relationship with the domestic space during the pandemic in Mexico.
For this, a theoretical framework is articulated from Cultural Studies for analyzing the youth-technology
relationship during the pandemic and identify its relevance within the contemporary youth experience.
The methodology used has a mixed approach with a group of Mexican university students of the Com-
munication bachelor (N=29), where a form and a focus group were used to recover their experiences.
The results show that the pandemic abolished the borders between the intimate and the public, genera-
ting negotiation processes between family members on the use of devices and domestic spaces. In addi-
tion, university, family and social activities increased the connection time of students, but also resignied
domestic spaces due to the overlapping of activities.
Finally, it is recognized that the bedroom of the participants becomes the strategic space for the youth
experience in the pandemic because the university, family and socialization activities took place in the
same space.
Keywords
Internet, ICT, mobile communication, cultural studies, youth, domestication, youth experience, everyday life.
Introducción
La experiencia juvenil de las y los universitarios se modicó durante la
pandemia; en el caso mexicano, se estima que 89 940 estudiantes de educación
superior no concluyeron el ciclo escolar 2019-2020 y que el 44,6 % lo atribu-
yeron directa o indirectamente a la pandemia de COVID-19 (INEGI, 2020).
Las clases en línea, la restricción de actividades en espacios públicos,
la brecha digital de cobertura y acceso de Internet, así como la heterogénea
disponibilidad de dispositivos en los hogares fueron factores que trastocaron
la experiencia juvenil en la pandemia. Por ello, la pregunta de investigación
que guía este trabajo es ¿de qué manera la pandemia afectó la relación de
los jóvenes universitarios con las Tecnologías de la Información y la Comu-
nicación (TIC) e Internet?
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Raul Anthony Olmedo-Neri. Comunicación en pandemia. Implicaciones tecnológicas y simbólicas
Para responder a esto se articula un marco teórico desde los Estudios Cul-
turales y su enfoque en el uso de los dispositivos tecnológicos por parte de
jóvenes universitarios (Winocur, 2006, 2009; Lemus-Pool, 2019). Después
se presenta la estrategia metodológica utilizada para recuperar, sistematizar
y analizar el impacto de la pandemia en la experiencia de un grupo de estu-
diantes universitarios de la carrera de Comunicación en la Universidad Na-
cional Autónoma de México (UNAM).
Finalmente, los resultados muestran los efectos cualitativos y cuantitati-
vos sobre la experiencia juvenil durante la pandemia.
Marco teórico
La perspectiva de los Estudios Culturales o Estudios de Comunicación y
Cultura1 ofrece un marco conceptual-metodológico para analizar e interpre-
tar la doble articulación (usos sociales y valores simbólicos) que los medios
adquieren conforme son integrados a la vida cotidiana. Desde esta perspec-
tiva la relación jóvenes-tecnología inicia con los medios de comunicación
masiva, sin embargo, desde los años ochenta del siglo XX su presencia en la
experiencia juvenil los vuelve objeto de estudio (Medina, 2010); conforme
se crean e innovan las TIC, los jóvenes muestran una mayor destreza tecno-
operativa y les atribuyen mayores sentidos culturales que los adultos, por lo
que se convierten en elementos característicos y a la vez distintivos de las
nuevas generaciones.
Al ampliar las aportaciones de los Estudios Culturales sobre Internet y
las TIC es posible armar que son elementos que se integran a la cultura y
simultáneamente la (re)producen porque son espacios de socialización y pro-
ductores de imaginarios colectivos (Lemus-Pool, 2019; Martín-Barbero, 2017;
Morduchowicz, 2008; Kellner, 1995). Así, las TIC e Internet se convierten
en elementos indisociables a la condición material-estructural de cada joven
y son a la vez componentes indisolubles de la experiencia juvenil contempo-
ránea (Becerra, 2015; Lemus-Pool, 2019). La carga simbólica que las tecno-
logías adquieren para los jóvenes deriva de su papel como agentes nodales
1 Según Crespo y Parra (2017) y Martín-Barbero (2017) la noción de Estudios Culturales tuvo resistencias
en su proceso de institucionalización en América Latina, dado que autores como García Canclini y
Martín-Barbero ya venían desarrollado investigaciones sobre este campo y porque la esencia occidental
de esta corriente dejaba de lado las particularidades ontológicas de Latinoamérica.
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Universitas-XX1, Revista de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador,
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en la construcción de la identidad juvenil y su soporte para visibilizarlos en
el espacio público (Becerra, 2015).
Desde los Estudios Culturales las TIC e Internet no poseen un nombre
ni una denición consensados (Morley 2008; Silverstone, 1996; Williams,
2011). Por ello, se propone pensar estos elementos como dispositivos tecno-
lógicos, es decir, objetos tecnológicos diseñados bajo una función comuni-
cativa y que son apropiados de acuerdo con las necesidades, posibilidades y
realidades del sujeto; su uso, por lo tanto, es heterogéneo y determinado tanto
por las condiciones materiales e históricas de quien decide utilizarlos como
por la nalidad que pretende conseguir a través de ellos. Desde los Estudios
Culturales la noción de dispositivo tecnológico puede articularse con el pro-
ceso de domesticación tecnológica (Silverstone y Haddon, 1996; Silversto-
ne, 1996, 2004) y la privatización móvil (Williams, 2011). Esta articulación
conceptual cobra relevancia empírica en el contexto pandémico: las medidas
de connamiento para evitar el contagio le dieron una nueva carga simbólica
al hogar y lo transformó en el centro de operación de la vida cotidiana. Este
proceso no solo difuminó las fronteras entre la esfera pública y la privada,
sino que el solapamiento espacial y tecno-operativo de las actividades de los
integrantes de la familia reconguró las dinámicas individuales y colectivas
alrededor de los dispositivos tecnológicos plenamente integrados en el espa-
cio doméstico. En otras palabras, la pandemia no solo resignicó el hogar,
sino que paralelamente reconguró la relación sujeto-tecnología y recalibró
el uso y el sentido de los dispositivos tecnológicos.
En términos generales, el modelo de domesticación de la tecnología re-
conoce tres procesos particulares: la objetivación (reconguración espacial
del hogar para que los dispositivos tecnológicos puedan ‘hacerse de su lu-
gar’), la incorporación (dislocación simbólica de los rituales individuales/
familiares para integrar los dispositivos tecnológicos y cargarlos de sentidos)
y la conversión (legitimación de los integrantes de la familia en el espacio
público a través de los usos de los dispositivos como símbolo de integración
cultural); todos estas dinámicas están estrechamente vinculadas y derivan de
la apropiación tecnológica
2
, es decir, el tránsito de un dispositivo del espacio
público a la esfera privada que representa el hogar (Silverstone y Haddon,
2 Esta denición no está en contradicción a los estudios latinoamericanos sobre la apropiación tecnológica,
por el contrario, esta corriente es heredera de estas aportaciones hechas desde los Estudios Culturales,
aunque ha sido muy poco visibilizado en su genealogía (Sandoval y Cabello, 2019; Sandoval, 2022).
143
Raul Anthony Olmedo-Neri. Comunicación en pandemia. Implicaciones tecnológicas y simbólicas
1996; Silverstone, 2004). Así, domesticar la tecnología describe el proceso
que reduce la incertidumbre de un dispositivo tecnológico nuevo y ajeno al
individuo mediante su progresiva integración en prácticas especícas y es-
pacios comunes como lo es el hogar. A pesar de esto, la domesticación de la
tecnología y su respectivo modelo teórico-metodológico han sido objeto de
crítica por la preponderancia dada al hogar y su aparente linealidad concep-
tual (Sandoval y Cabello, 2019).
La preponderancia del hogar en el proceso de domesticación descansa en
que el primer encuentro del sujeto contemporáneo con un objeto tecnológi-
co-comunicativo se da en el espacio doméstico (Olmedo-Neri, 2022). Esto
signica que los dispositivos tecnológicos no están aislados a las dinámicas
familiares y sociales, por el contrario, están articulados espacialmente y de
acuerdo con el signicado de cada espacio o la práctica que allí se desarrolla
de manera individual/colectiva -Silverstone y Haddon (1996) denen estos
procesos como objetivación e incorporación respectivamente-.
Históricamente, la domesticación de la tecnología inició en el siglo XX
ya que los medios, y después los dispositivos tecnológicos, se convirtieron
progresivamente en elementos estructurales del hogar (Helles, 2014). De
este modo, cada dispositivo tecnológico no solo se relaciona con el espacio,
sino que en conjunto articulan un sistema de signicados y símbolos deriva
-
do de su incorporación a las prácticas comunicativas que se vivencian dentro
y fuera del hogar (Olmedo-Neri, 2022). Así, cualquier espacio se construye
no solo por los objetos que lo integran, sino por los símbolos y los procesos
que derivan del uso simultáneo de sus componentes materiales y espaciales
a nivel individual y/o colectivo.
En la mayoría de los hogares contemporáneos, los dispositivos tecnoló-
gicos se distribuyen espacialmente de acuerdo con las dinámicas de socia-
lización o las funciones a las que se articulan; además de este ensamblaje
espacial-funcional, cada dispositivo se interconecta operativamente con los
demás para conformar un entorno tecnológico-digital (Olmedo-Neri, 2022).
Aunque cada dispositivo cambia de lugar de acuerdo con las prácticas fami-
liares y sus reglas de (con)vivencia, todos promueven un consumo interno
diferenciado, así como una mirada al exterior unicada mediante sus panta-
llas y de la propia comunicación resultante (Baudrillard, 1988). A partir de
esta presencia, los medios y los dispositivos tecnológicos adquieren una ubi-
cuidad empírica que los ensambla funcional y simbólicamente con la vida
cotidiana (Silverstone, 2004).
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Sin embargo, ante la abrupta digitalización, la heterogénea infraestructura
tecnológica-comunicativa y el solapamiento espacial de actividades labora-
les, educativas, familiares y sociales provocado por la pandemia, los espa-
cios domésticos sufrieron un ajuste tanto en su signicado como en su uso.
En otras palabras, durante la pandemia el hogar adquirió un papel estra-
tégico para la reproducción de la vida cotidiana, sufriendo transformaciones
espaciales y simbólicas.
Bajo este contexto, el hogar adquirió un carácter ‘inteligente’ ya que
“ofrece no tanto una imagen de movilidad, sino un ‘espacio sensible’ que,
como suele decirse, trasciende profundamente las divisiones interior/exterior
y trabajo/casa, en el sentido de que realmente hace innecesario trasladarse
adonde sea” (Morley, 2008, p. 122). En esta transformación los dispositivos
tecnológicos se articularon contingentemente a través de aquellas prácticas
sociales internas y externas que se desarrollaron simultáneamente en el ho-
gar; sin embargo, esto no impidió que las personas desarrollaran estrategias
para mantener la diferencia entre lo público y lo privado, aunque tuvieron
variados resultados. Así, la preponderancia conceptual y empírica del hogar
descansa en que es allí donde se maniesta la doble articulación (Silversto-
ne, 1996), ya que los medios y los dispositivos tecnológicos operan a la vez
como una máquina que se maneja y un medio que posee una ambivalente
función de ventana por la que se mira y se es mirado.
Respecto a la linealidad analítica de la domesticación, vale la pena decir
que este término tiene un sentido nominativo para referir a un conjunto de
procesos heterogéneos no por su esencia, sino por los elementos involucrados:
el sujeto y el dispositivo. Así, la domesticación reconoce la heterogeneidad
empírica en el proceso de apropiación tecnológica: la clase social, el género,
la ubicación espacial, el estilo de vida, la experiencia con otros objetos tec-
nológicos, el diseño tecno-operativo, la retórica publicitaria y los objetivos
que espera conseguir el sujeto con la integración parcial o completa de éstos
en su vida cotidiana evidencia que no todos pueden/quieren apropiarse de la
tecnología y que no todos se apropian de ellas de la misma manera (Silvers-
tone, 1996; Silverstone y Haddon, 1996).
Entonces, el grado de domesticación está determinado por los intereses
y disposiciones del sujeto, por su condición sociohistórica y por las resisten-
cias operativas del dispositivo en cuestión. Esto último es importante por-
que los medios y los dispositivos tecnológicos no son neutrales (Sandoval,
2022; Silverstone y Haddon, 1996), por el contrario, poseen un sello mate-
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Raul Anthony Olmedo-Neri. Comunicación en pandemia. Implicaciones tecnológicas y simbólicas
rial y simbólico distintivo que los dota de una autonomía relativa producto
de su producción mercantil; solo con la domesticación la independencia del
dispositivo se reduce para cumplir los designios del sujeto que lo somete. En
otras palabras, la domesticación de la tecnología permite reconocer los nive-
les de apropiación tecnológica, así como las tensiones entre el dispositivo y
el poder subjetivo del sujeto. Esto permite pensar la domesticación como un
continuum donde la exclusión/resistencia y la integración/apropiación son
sus polos extremos, por lo que los sujetos se mueven permanentemente en
dicho continuum siempre a partir de sus posibilidades, intereses y realidades.
Por su parte, la noción de privatización móvil (Williams, 2011) cobra sen-
tido en los medios de comunicación y aquellos dispositivos que se incorpo-
ran paulatinamente a las prácticas cotidianas al grado que “el hogar, el lugar
de trabajo, el esparcimiento y el transporte se vuelven dependientes de una
gama de servicios tecnológicos que imponen una conexión incesante” (Mo-
raes, 2007, p. 24). La privatización móvil se maniesta en el contexto pan-
démico por la alta demanda de dispositivos tecnológicos de uso individual
para realizar las actividades laborales, educativas y sociales digitalizadas.
Si bien los dispositivos tecnológicos como la radio, televisión y la PC
estuvieron anclados al espacio doméstico, el celular y la laptop se convierten
en dispositivos que se movilizan con el usuario y sus prácticas. Estos dispo-
sitivos cobran relevancia para las y los jóvenes universitarios; por ejemplo,
el celular no solo representa “la personalización total de la tecnología, sino
que muchos usuarios lo consideran como una parte de su cuerpo, como un
reloj de pulsera” (Morley, 2008, p. 129). Para las y los jóvenes, el celular se
ha convertido en una extensión de su capacidad de socialización, así como
un espacio para el (re)diseño de su identidad, memoria y autonomía ante las
dinámicas espaciales y jerarquías sociales que se desarrollan dentro y fuera
del hogar. Así, “los teléfonos celulares acompañan a sus dueños en los dife-
rentes contextos que constituyen la vida cotidiana” (Helles, 2014, p. 536).
Por su parte, la laptop adquiere un sentido disruptivo porque su incor-
poración en la dinámica familiar se impulsó desde el exterior (la escuela),
como parte de la incorporación de la tecnología en el proceso de enseñanza-
aprendizaje (Becerra, 2015; Sánchez, 2020, Winocur, 2006; Winocur y Sán-
chez, 2018). Esto ha generado un proceso de extrañamiento en la familia de-
rivado de los diferentes grados de domesticación por parte de sus integrantes
(Winocur, 2009). Esto decanta en dos procesos paralelos: la ampliación de
la autonomía de los hijos respecto de la autoridad de sus padres, y el incre-
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mento de la incertidumbre de los adultos sobre la seguridad de sus hijos ante
la disminución de su ejercicio de poder en Internet (Morduchowicz, 2008;
Olmedo-Neri, 2022).
Así, el celular y la laptop se han convertido en los dispositivos articuladores
más relevantes para las juventudes contemporáneas, pero al mismo tiempo han
dislocado la producción de sentido y convivencia en el hogar (Winocur y Sán-
chez, 2018; Sánchez, 2020). Esto se presenta por la individualidad que fomenta
la personalización de la tecnología, así como por la posibilidad de acceso a In-
ternet que ofrecen dichos dispositivos, lo cual modica las dinámicas familiares
y sus estructuras de conocimiento/poder (Winocur, 2009; Lemus-Pool, 2019).
En la pandemia, el uso de estos dispositivos tecnológicos se profundizó
en el hogar y en la experiencia juvenil. El connamiento y la digitalización
de la vida cotidiana modicó los comportamientos construidos de manera
histórica por jóvenes para contener la incertidumbre de este contexto. Así,
el uso de Internet y los dispositivos tecnológicos en el hogar da cuenta de
la transformación de la casa como el nodo central de conexión e interacción
social durante el connamiento.
A partir de lo anterior, los Estudios Culturales sirven como perspectiva
para analizar: 1) el papel que cada dispositivo juega dentro de la experien-
cia biográca de los individuos, 2) la función que cumple la tecnología en el
marco de las actividades cotidianas y 3) la relación que se construye con el
lugar donde se desarrollan prácticas sociales y comunicativas. Por ello resul-
ta útil reconocer la relevancia del dispositivo y su uso en relación con la re-
conguración de prácticas que se materializan en un hogar donde lo privado,
lo público y lo íntimo se sobrepusieron (Morduchowicz, 2008; Martín-Bar-
bero, 2017). Sin embargo, no solo basta analizar el tránsito de un dispositi-
vo tecnológico ajeno y extraño a uno común e íntimo, sino que es necesario
abordar su ensamblaje con los espacios-tiempos y la función operativa que
desempeñan dentro de las prácticas comunicativas, culturales y sociales que
desarrolla el sujeto de manera cotidiana.
Metodología
La investigación tiene un carácter mixto aplicado a un grupo de 29 estu-
diantes universitarios (12 hombres y 17 mujeres), cuyas edades oscilan entre
los 20 y 26 años. Los participantes son estudiantes de la Carrera de Ciencias
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Raul Anthony Olmedo-Neri. Comunicación en pandemia. Implicaciones tecnológicas y simbólicas
de la Comunicación, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, de la
UNAM. Dentro de los criterios de delimitación del estudio se encuentra: 1)
el periodo estudiado, 2) las técnicas empleadas, 3) las unidades de análisis y
4) alcance de la investigación.
Respecto el primer punto, este se realizó del 1 de abril al 31 de mayo de
2021. La delimitación temporal es importante porque en esos meses el se-
mestre se encontraba a mitad de su desarrollo. Así, el uso de Internet para
las actividades educativas no estaba ni en su nivel más bajo (al inicio del se-
mestre) ni en el más alto (al nal).
Por su parte, las técnicas se utilizaron en dos etapas: en la parte cuanti-
tativa se aplicó un cuestionario en Google Forms para caracterizar el uso de
los dispositivos tecnológicos; esto implicó que cada participante registrara las
actividades realizadas en un día entre semana y las realizadas durante el sába-
do o domingo. La segunda etapa tuvo un carácter cualitativo ya que después
de la sistematización de los datos se realizó un grupo focal. Esta técnica tiene
un carácter interactivo para tratar un tema especíco con los sujetos investi-
gados, por lo que con el grupo focal no solo se recupera el rol de los partici-
pantes, sino que contextualiza la información obtenida, identicando aquellos
matices y lógicas que los datos por sí mismos no muestran (Arboleda, 2008).
Las unidades de análisis en el cuestionario fueron: el tiempo de cone-
xión, el dispositivo utilizado, el lugar dentro del hogar donde se utilizó el
dispositivo, la nalidad de la conexión y si los padres realizaron alguna ac-
ción de vigilancia.
Finalmente, ya que la pregunta de investigación se articula con el uso de
las TIC e Internet por los participantes, el trabajo no aborda el contexto eco-
nómico de dichos jóvenes ni los resultados trascienden su ubicación terri-
torial urbana. Estas delimitaciones son importantes porque la condición so-
cioeconómica no se manifestó en la experiencia de los participantes durante
la pandemia. Además, el territorio urbano en el que residen se caracteriza por
una mayor conectividad que las zonas rurales (Asociación de Internet MX,
2020; Olmedo-Neri, 2022).
Resultados y discusión
Los estudios sobre las juventudes universitarias durante la pandemia se
han centrado en el ámbito educativo (Ortiz, 2020; Reimers y Marmolejo,
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2020), en los efectos psicológicos (Lugo-González et al., 2021; González,
2020) y en menor medida en la experiencia juvenil derivada de la digitali-
zación abrupta de sus actividades (Banderas, 2020; Lemus, 2017; Olmedo-
Neri, 2021). Por ende, los hallazgos encontrados abonan a una perspectiva
que asume el papel de la experiencia individual dentro de un contexto que
disloca la (re)producción de la vida cotidiana.
Dado que la pandemia obligó a digitalizar las actividades de universitarios,
la infraestructura tecnológica del hogar adquiere un papel medular. El gráco
1 muestra el panorama tecnológico-digital de los hogares de los participantes.
Gráco 1
Infraestructura tecnológica-comunicativa en los hogares
0
5
10
15
20
25
Computadora Tablet Celular Televisión
Analógica
Televisión
Digital
Consola de
videojuegos
Cada integrante posee un
dispositivo
Tenemos varios
dispositivos, donde al
menos uno mío
Tenemos un dispositivo de
uso familiar. Nos
organizamos para usarlo.
Tenemos un dispositivo
pero no es mío. A veces lo
comparte con los demás
Tenemos un dispositivo y es
mío. A veces lo comparto
con algunos miembros de la
familia
No tenemos
Nota. Elaboración propia con datos de formularios.
La presencia heterogénea de dispositivos tecnológicos generó tensiones
entre los integrantes de la familia y derivó en procesos de (re)negociación
en cuanto al uso de dispositivos, el tiempo de uso y el espacio doméstico
habilitado para actividades no domésticas como la educación, la socializa-
ción o el trabajo. Estas son dislocaciones en el proceso de objetivación e in-
corporación de los dispositivos tecnológicos dentro del hogar y las matrices
socioculturales de la familia. La siguiente experiencia muestra este solapa-
miento de actividades.
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Raul Anthony Olmedo-Neri. Comunicación en pandemia. Implicaciones tecnológicas y simbólicas
Otro aspecto caótico de esta situación [la pandemia] fue que todos los miem-
bros de la familia tomábamos clase más o menos a la misma hora (mis her-
manos por estudiantes y mis padres por profesores); entonces, en ocasiones
podías escuchar a todos hablando al mismo tiempo. (estudiante mujer, 20 años)
Estas tensiones se fueron disipando conforme los integrantes de la familia
acondicionaban espacios comunes para la actividad digitalizada o conforme
el contexto pandémico se hizo perceptivamente común.
Referente al tiempo de conexión, su registro permite observar la digitali-
zación de las prácticas sociales, educativas y comunicativas de las juventudes,
particularmente en el contexto pandémico. La tabla 1 evidencia el tiempo de
conexión, su promedio y su distribución a partir del género.
Tabla 1
Horas de conexión
Día
Horas en Internet Promedio
general Total
Uso promedio
(hombres)
Uso promedio
(mujeres)
Entre semana 13.3 12.3 12.7 368.5
Fin de semana 11.5 7.6 9.2 267
Nota. Elaboración propia con datos de formularios.
Estos datos superan las cifras registradas en México antes de la pande-
mia (Asociación de Internet MX, 2020; Espinosa, 2019). El incremento en
el tiempo de conexión deriva de la saturación de actividades escolares, su
solapamiento con los quehaceres domésticos y la vivencia (restringida) de
la experiencia juvenil a través de los dispositivos tecnológicos. La siguiente
experiencia ejemplica esto:
Lo más frustrante fue que todos los profesores se sentían dueños de nuestro
tiempo, o al menos así se sentía. Despertar, tres clases, comer, tarea. Repetir.
Una tarea detrás de otra y hasta ver el celular para consumir otro contenido
cansaba. (estudiante mujer, 21 años)
El cansancio de consumir contenido digital, incluso si este no era de tipo
educativo, es una muestra de la transformación de la subjetividad de las y los
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jóvenes respecto al espacio digital. Incrementar el tiempo de conexión, pero
restringir sus nalidades contribuyó a la crisis en la experiencia juvenil al
grado de cambiar la percepción de Internet: de un lugar de entretenimiento y
socialización para las y los jóvenes se convirtió en un espacio de formación,
educación y trabajo. Esto es una dislocación en el proceso de conversión, ya
que se impuso la mirada adulta sobre los usos denidos y legitimados de In-
ternet por las y los jóvenes.
Respecto al género, destaca que las mujeres disminuyeron un 38,2 % su
actividad en Internet durante el n de semana y los hombres solo un 13,5 %.
En el grupo focal, algunas jóvenes adjudicaron esta reducción en el tiempo
de conexión por la realización de actividades domésticas. Esta diferencia re-
fuerza los hallazgos en otras investigaciones sobre la división del trabajo fa-
miliar y la (sobre)carga de actividades domésticas hacia las mujeres (Avenda-
ño et al., 2020). La pandemia no supuso una renegociación de las actividades
domésticas aun cuando todos los miembros de la familia se encontraban allí
por más tiempo, por el contrario, se mantuvo la división del trabajo domés-
tico con base en el género, profundizando la diferencia experiencial de vivir
el connamiento entre las y los jóvenes y reforzando el mito de la tecnología
como un campo predominantemente masculino.
Durante la pandemia, el uso de Internet por jóvenes no solo aumentó por
las actividades educativas, sino que esto redujo el tiempo destinado en otras
prácticas biográcamente construidas en el espacio digital como la interac-
ción entre sus pares, el entretenimiento o las propias actividades familiares.
En otras palabras, había más tiempo, pero muy poco de él estaba destinado
a las actividades propias de la experiencia juvenil. Algunos participantes in-
dicaron que esto derivó de la imposición de la mirada adulto-centrista sobre
el espacio digital y qué hacer allí, modicando la relación Internet-juventud
(Becerra, 2015). La siguiente reexión reeja este cambio.
… muchos profesores igual “aprovechaban” que estábamos en casa para dejar
mucha más carga de trabajo con la excusa de “para que se distraigan o ten-
gan algo qué hacer”, cuando muchos de nosotros igual adoptábamos tareas
de la casa, además de que igual necesitábamos un descanso de la tecnología.
(estudiante mujer, 21 años)
Los profesores sobredimensionaron las habilidades e intereses de las y
los jóvenes sobre el espacio digital, lo cual incrementó de manera arbitraria
el número de actividades escolares y contribuyó a la redistribución del tiem-
151
Raul Anthony Olmedo-Neri. Comunicación en pandemia. Implicaciones tecnológicas y simbólicas
po en Internet y su nalidad. Lo que para las juventudes signicó como po-
sitivo e innovador reivindicar el mito de los nativos digitales y todas las im-
plicaciones diferenciales con los adultos (Vázquez, 2015), bajo el contexto
pandémico dicho mito afectó su experiencia juvenil: las/los jóvenes empe-
zaron a reexionar y en algunos casos a cuestionar sus habilidades ‘innatas’
alrededor de Internet y los dispositivos, particularmente su uso, percepción
y domesticación.
Por tanto, para las y los participantes en este estudio la educación en línea
no solo representó una actividad emergente, sino que demandó una mayor
cantidad de tiempo, modicando los usos y nes de Internet establecidos an-
tes de la pandemia, particularmente aquellos relacionados a la socialización
y el consumo cultural juvenil.
Además del tiempo, los dispositivos tecnológicos son un medio funda-
mental para el acceso y uso de Internet; son una condición previa a la cone-
xión, por lo que su reconocimiento y diversicación permite delimitar el en-
torno tecnológico de las juventudes dentro del hogar (Olmedo-Neri, 2022).
La tabla 2 muestra el tiempo de conexión y el tipo de dispositivo utilizado
por los participantes.
Tabla 2
Porcentaje de horas, según dispositivo
Dispositivo Porcentaje de horas (%)
Entre semana Fin de semana
Celular 34,1 57,3
Computadora 31,5 18,7
Tablet 4,6 1,5
TV 3,8 7,9
Consola de videojuegos 1,9 3,4
Uso simultáneo de dos o más dispositivos 23,9 11,2
Nota. Elaboración propia con datos de formularios.
El celular y la computadora son los dispositivos más utilizados para la
conexión entre semana y n de semana. Estos hallazgos refuerzan los estu-
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dios que indican que el 78,9 % de las juventudes mexicanas utilizó el celu-
lar para conectarse al espacio digital y realizar actividades durante la pan-
demia (INEGI, 2020). El uso preponderante del celular deriva de que es un
dispositivo esencial para la experiencia juvenil contemporánea, pero también
es resultado de las negociaciones del uso de dispositivos durante el con-
namiento; su propiedad privada garantizó un medio para seguir su proceso
educativo y (re)producir su experiencia juvenil. Entonces, la pandemia obli-
gó a redomesticar el celular para explotar su multifuncionalidad operativa
(Olmedo-Neri, 2022).
Si bien las y los jóvenes utilizaban el celular para actividades educativas,
sociales o laborales, durante la pandemia algunos de estos usos se impusie-
ron sobre la domesticación previa en dichos dispositivos. Tomar clases en
línea, leer textos o realizar tareas en el celular obligó a iniciar, ampliar o pro-
fundizar la domesticación del celular. Estos usos emergentes transformaron
la percepción del celular al grado de reconocer sus limitantes para gestionar
toda la experiencia juvenil en una sola pantalla. Por ello es que se desarrolla
un proceso de desencanto hacia Internet y los dispositivos tecnológicos; la
demanda por ‘descansar de la tecnología’ es un cambio radical en la percep-
ción de las y los jóvenes, sobre todo porque en los primeros estudios sobre
esta relación la percepción estaba orientada a explorar y habitar estos dispo-
sitivos y espacios, más que alejarse de ellos (Winocur, 2006, 2009).
El caso de la Tablet es particular. Su utilidad y signicado aún no satisface
los requerimientos de las juventudes para desplazar la movilidad del celular en
sus prácticas sociales y comunicativas, ni para competir con la computadora
y el espacio privilegiado que ocupa en su formación educativa. En cuanto al
uso simultáneo de dos o más dispositivos destaca la dupla celular-computa-
dora con el mayor porcentaje en ambos momentos de la semana. Aunque el
multitasking se percibe como una habilidad ‘innata’, positiva y característica
de las y los jóvenes, la saturación de actividades derivó, en palabras de un
estudiante, en un multitasking disfuncional porque “realizaba muchas activi-
dades al mismo tiempo, pero mal realizadas” (estudiante hombre, 21 años).
Por su parte, el tiempo de conexión y el lugar donde se realizó es impor-
tante porque si bien el dispositivo tecnológico es una condición previa para
la conexión, la ubicación desde la cual el participante accede a Internet res-
ponde también a su nalidad y en cierta medida a la dinámica individual-
familiar que representa dicho espacio doméstico. La tabla 3 evidencia los
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Raul Anthony Olmedo-Neri. Comunicación en pandemia. Implicaciones tecnológicas y simbólicas
espacios dentro del hogar con mayor preferencia por las y los jóvenes parti-
cipantes para utilizar Internet.
Tabla 3
Distribución de horas y ubicación
Espacio doméstico Porcentaje de horas (%)
Entre semana Fin de semana
Cuarto 63,5 52,8
Sala 21,7 19,9
Comedor 6,0 4,9
Cocina 2,8 0,7
Espacios exteriores 2,7 8,2
Estudio 1,6 11,6
Nota. Elaboración propia con datos de formularios.
De acuerdo con el informe de la Asociación de Internet MX (2020) “el
45 % de los usuarios de Internet en México tuvieron que aumentar su adop-
ción tecnológica, debido a la contingencia” (p. 6). Durante el connamiento,
los espacios públicos, el consumo cultural y la socialización juveniles redu-
jeron su relevancia cotidiana.
Se destaca la habitación de los y las participantes como el espacio domésti-
co desde donde controlan, diseñan y materializan la experiencia juvenil duran-
te la pandemia. Además, el hogar se convierte en el lugar donde la gente tiene
mayor tiempo de conexión a Internet (Asociación de Internet MX, 2020). Esto
concuerda con lo encontrado por Morduchowicz (2008), ya que “la tendencia
en todo el mundo es que la familia se desplace de la cultura del comedor a la
de la habitación” (p. 52). La siguiente reexión muestra la transformación per-
ceptiva del espacio doméstico y sus efectos en la experiencia juvenil.
… el aspecto negativo [de la pandemia] recae en la invasión del espacio pri-
vado y en la resignicación de este. El lugar al que llegabas después de la es-
cuela a descansar y pasar tu tiempo libre se transformó en un lugar de estrés
y trabajo. (estudiante hombre, 23 años)
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La transformación simbólica de la habitación en particular, pero del hogar
en general, como un salón de clases o la ocina es resultado del solapamiento
de las actividades en un mismo espacio físico. Así, la pandemia suprimió la
noción de tiempo libre bajo la premisa de invertir el ‘exceso’ de tiempo para
todo aquello a lo que normalmente no se atendía por falta de este. El ocio y el
descanso fueron actividades que se redujeron ante el ímpetu adulto-centrista
por “aprovechar” la juventud en vez de disfrutarla/vivenciarla en la pande-
mia. De esta manera, “se borró esta ‘idea’ del tiempo libre ya que (gracias al
celular) debías responder y estar disponible 24/7” (estudiante mujer, 20 años).
El solapamiento de actividades en la habitación no solo transformó su
uso como un lugar para la gestión y vivencia de la experiencia juvenil, sino
que además desplazó perceptivamente la apropiación hecha por el/la joven
de dicho espacio. Así “era frustrante y triste el que mi habitación fuera mi
salón” (estudiante hombre, 22 años). Este sentido disruptivo va de la mano
con la pérdida del control que posee el sujeto sobre su espacio más próximo:
la habitación. Feixa (2005) argumenta que la habitación es el primer y más
cercano espacio que un(a) joven apropia para establecer su autonomía rela-
cional y con ello delimitar lo íntimo de lo familiar y de lo público/externo.
Con la pandemia, la habitación dejó de ser ese lugar propio, seguro e inde-
pendiente de la/el joven para vivir y ser parte de la experiencia juvenil (Sil-
verstone, 2004). En otras palabras, la transgresión de las prácticas educati-
vas, laborales y sociales sobre la habitación contribuyó a su resignicación,
no necesariamente positiva.
A pesar del extrañamiento del joven sobre su habitación, esto no impi-
dió que realizara acciones de resistencia que se volvieron prácticas comuni-
cativas digitales. No encender la cámara, no usar el micrófono, usar fondos
animados o solo participar de manera textual en clases o en una ‘zoomparty’
con otros universitarios fueron prácticas comunicativas sustentadas en los
dispositivos tecnológicos que tenían como nalidad establecer una frontera
entre lo público (de la acción) y lo íntimo (de la habitación).
A pesar de estas transformaciones, las posibilidades de uso y articulación
de los dispositivos tecnológicos cuestionó el mito del aislamiento de las ju-
ventudes por la tecnología (Becerra, 2015). La pandemia mostró que las y los
jóvenes ensamblan los dispositivos tecnológicos e Internet a su vida cotidia-
na de tal manera que la socialización, la educación, la familia y lo personal
constituyen un mundo en permanente articulación por la domesticación de la
tecnología, generando una experiencia propia de la juventud contemporánea.
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Raul Anthony Olmedo-Neri. Comunicación en pandemia. Implicaciones tecnológicas y simbólicas
Por ello, más que pensar los dispositivos tecnológicos como soportes de la
vida cotidiana (Lemus, 2017), es necesario conceptualizarlos como articula-
dores de la experiencia individual-colectiva dentro de la cotidianidad. Situar
los dispositivos tecnológicos como articuladores de vivencias individuales y
colectivas permite reconocer los ensamblajes que hace el sujeto con los dis-
positivos a su alcance para (re)producir la realidad social donde participa.
Por otro lado, si bien el tiempo de conexión, el dispositivo por el que se
conecta el/la joven y el espacio donde lo hacen son importantes para articular
una práctica comunicativa digital, también es necesario destacar la nalidad
de la conexión con el propósito de enmarcar tanto el lugar como el dispo-
sitivo utilizado para ingresar a Internet. La tabla 4 muestra el porcentaje de
horas de conexión y su nalidad.
Tabla 4
Distribución porcentual de acuerdo con la nalidad de conexión
Finalidad Porcentaje horas (%)
Entre semana Fin de semana
Educación 52,6 20,5
Socialización 36,9 53,1
Consumo cultural 9,6 23,3
Trabajo 0,9 3,1
Nota. Elaboración propia con datos de formulario.
Como se observa, la práctica educativa se ostenta como la actividad que
más tiempo demanda durante la semana; después de ella se establece la -
nalidad de socialización a través de plataformas sociodigitales (Facebook,
Instagram, Twitter, TikTok), en tercer lugar se encuentra el consumo cultural
mediante diversas plataformas (Spotify, Netix, Disney+, Starz, Deezer, Pri-
me Video) y, nalmente, para algunos participantes también estuvo presente
el uso de plataformas para realizar actividades laborales (paquetería Ofce,
Canva y Zencastr). Durante el n de semana, las plataformas utilizadas no
cambiaron sustancialmente pero se modicó el tiempo destinado a cada
nalidad: la socialización y el consumo cultural adquieren un mayor uso,
posicionando las actividades educativas en tercer lugar.
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A partir del tiempo de conexión, el dispositivo utilizado, el lugar de la
práctica y la nalidad de esta se puede observar cuantitativa y cualitativamen-
te cómo la experiencia juvenil fue trastocada por la pandemia. Todas estas
variables intervienen en la construcción del ser joven, pero además afectan
directamente la experiencia juvenil, la cual fue alterada por la mirada adulto-
centrista sobre la relación juventud-tecnología (Becerra, 2015).
La legitimidad de este mito provocó que los profesores contribuyeran
arbitrariamente a incrementar y redistribuir el tiempo de conexión de acuer-
do con las demandas emergentes en el contexto pandémico y cambiando
consecuentemente el signicado de Internet. Paralelamente, el incremento
de tiempo generó en los padres una percepción negativa sobre sus hijos(as).
La siguiente reexión muestra esta contradicción: “mi familia no entendía
completamente que estaba tomando clases y consideraban que no hacía cosas
para la casa” (estudiante mujer, 20 años). Estos constreñimientos sobre el/la
joven tiene efectos en su autopercepción y en su participación en las dinámi-
cas familiares; todas ellas provocadas por el desvanecimiento de las fronteras
entre las diferentes actividades que conuyeron espacial y temporalmente en
el hogar y particularmente en la habitación de la/el joven.
Finalmente, no solo las y los jóvenes trataron de articular sus actividades
con las prácticas familiares, sino que los padres y las madres, ante el cambio
perceptivo sobre el tiempo de conexión de sus hijos e hijas y la mayor per-
manencia en sus respectivas habitaciones, realizaron acciones pasivas de vi-
gilancia. El 62 % de participantes reconoció acciones de vigilancia soft: mi-
rar la pantalla de la computadora, preguntar sobre lo que hacen en ella, ver
conjuntamente contenidos en el celular de su hijo(a), así como decir frases
sarcásticas sobre la habilidad de sus hijas(os) en Internet son formas en que
los padres y madres intentan reducir la incertidumbre que aún les provoca el
espacio digital, especialmente durante un encierro que digitalizó gran parte
de la vida cotidiana de sus hijos e hijas.
Ya sea por los grados de domesticación tecnológica o por el incremen-
to del uso de Internet por parte de sus hijos e hijas, queda claro que las in-
tervenciones son multidireccionales, difusas y están vinculadas a la relación
saber-poder entre jóvenes y adultos. Estas acciones de vigilancia soft están
ancladas a las prácticas individuales-colectivas de (con)vivencia en el hogar,
por lo que futuras investigaciones podrían aportar cómo la digitalización de
algunas actividades sociales, educativas y laborales implicó una mayor do-
mesticación de la tecnología por parte de los adultos.
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Raul Anthony Olmedo-Neri. Comunicación en pandemia. Implicaciones tecnológicas y simbólicas
Conclusiones
El objetivo de este trabajo fue identicar el cambio en el uso de Internet
por parte de un grupo de universitarios mexicanos durante la pandemia. Des-
de los Estudios Culturales fue posible identicar que el cambio cuantitativo
sobre el tiempo de conexión ha tenido efectos cualitativos en la relación en-
tre la tecnología, las juventudes y los espacios domésticos que constituyen
el hogar contemporáneo.
Se observa que las actividades escolares han aumentado la conexión al
espacio digital y a la par redujeron el uso de los dispositivos tecnológicos e
Internet para acciones de entretenimiento, socialización o consumo cultural.
La redistribución del tiempo en las actividades que las juventudes desarrollan
en Internet es sutil, pero tiene implicaciones sobre la percepción del espacio
digital y doméstico en la experiencia juvenil. Así, Internet, los dispositivos
tecnológicos y el espacio doméstico se encadenan dentro de la vida cotidiana
para darle materialidad a la vivencia de la juventud a nivel individual y co-
lectivo. La pandemia trastocó la doble articulación de los medios y los dispo-
sitivos tecnológicos, pero también obligó a que el sujeto profundizará la do-
mesticación tecnológica para poder cumplir con los nuevos ritos individuales/
familiares y con los imaginarios sociales generados durante el connamiento.
El hogar se convirtió en el primer espacio de conexión, pero para las ju-
ventudes la habitación es vista como el lugar desde el que se diseña la vida
cotidiana en tiempos de pandemia. La habitación no está aislada del hogar,
por el contrario, allí conviven lo íntimo (del sujeto), lo privado (de la fami-
lia) y lo público (de la escuela, las amistades y el trabajo), por lo que es im-
portante destacar que este espacio se convierte en el nodo articulador de la
cotidianidad juvenil durante el connamiento.
Finalmente, si bien la pandemia está reduciendo su presencia en la vida
cotidiana y las juventudes mexicanas se (re)adaptan al nuevo contexto, es
claro que más de una generación ha quedado marcada. Por ello, el estudio del
impacto de la pandemia en jóvenes y su relación con la tecnología no solo
debe buscarse en el pasado reciente, sino también en el futuro próximo. El
desdoblamiento de las prácticas cotidianas mediante la paulatina reapropia-
ción de los espacios comunes y públicos supone un objeto de estudio emer-
gente. Los nuevos conocimientos adquiridos, así como las experiencias vivi-
das por las y los jóvenes durante la pandemia, son factores que intervendrán
en la experiencia juvenil presente y futura.
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