Movimientos literarios en América y la visión de la independencia

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Bruno Rosario Candelier

Resumen

En el siglo XIX tienen lugar las luchas por la independencia de las naciones hispanoamericanas. Para la realización de esa empresa libertaria, fueron necesarias acciones heroicas que demandaron la participación de los próceres de la sociedad, así como de sus líderes, pensadores y escritores, razón por la cual la literatura fue una valiosa arma de combate intelectual que atizó las aspiraciones y los ideales separatistas en los diferentes pueblos del Continente americano.La vocación de autonomía política a la que aspiraban los escritores hispanoamericanos del siglo XIX motorizó la primera generación de literatos que en América hicieron uso de la palabra al calor de las rebeliones que implicaba la Independencia Nacional. Políticos, intelectuales, escritores, maestros, sacerdotes y periodistas se alinearon en esa meta separatista que encendió la vocación literaria y el activismo social, político y cultural en las capas pensantes de los pueblos americanos. Al tiempo que describe facetas de la realidad natural, la realidad histórica y la realidad social, la literatura perfila el talante interpretativo, imaginativo y cultural de los países hispanoamericanos.Fueron narradores, poetas y dramaturgos, los abanderados del ideal independentista que asumieron la vanguardia política, social y cultural en los pueblos de habla hispana en nuestra América. La narrativa indianista, la poesía patriótica y el teatro popular fueron tres vertientes claves de la creatividad literaria que dieron cauce y brillantez al proyecto nacionalista de las diversas poblaciones de la América hispana durante el siglo XIX. Concitados por el Romanticismo, el Realismo y el Modernismo, tres corrientes estéticas de inspiración francesa, las naciones americanas de habla hispana desarrollaron sus inclinaciones intelectuales, morales, estéticas y espirituales, mientras prohijaban el ideal de independencia política bajo la llama del sueño libertario y la utopía.De ahí el rol estimulador de la literatura, que la poesía, la narrativa, el teatro, el periodismo y la oratoria encauzaron en diferentes escenarios y tribunas, desde las aulas del magisterio universitario hasta el púlpito de los templos sagrados, haciendo de la palabra el arma espiritual en las treguas del combate y la esperanza.