Educación sexual y transmisión de valores éticos

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Marie Astrid Dupret

Resumen

El árbol del Bien y del Mal, y el árbol de la vida "Y Adonaï Élohim hizo crecer del suelo muchos árboles deseables para la vista y buenos para el comer, y el árbol de vida en el medio del jardín, con el árbol del conocer bien y mal"1. En los primeros versículos del Génesis, se hace alusión a dos árboles particulares en medio de otros destinados al placer y al consumo; el uno es el árbol de vida y al lado está el del conocimiento del Bien y del Mal. No es fácil entender el por qué de la presencia de dos árboles en el jardín del Edén aunque, por cierto, en muchos otros relatos míticos, aparecen uno o más árboles con connotaciones simbólicas muy valiosas2. Lo que quisiera resaltar aquí es el vínculo que la asociación de los dos en un espacio simbólico nos lleva a establecer, por un lado, la vida que para los seres humanos pasa por la reproducción sexual, sin olvidar su dimensión de amor, y, por el otro, la ética en cuanto conocimiento del Bien y del Mal.Más precisamente una lectura estructural permite sugerir una relación de la sexualidad con el saber a través de una pareja de oposición cuya significación parece remontar al alba de los tiempos humanos, indicándonos de esta manera la importancia atribuida por las sociedades tradicionales y primitivas no sólo a cuestionamientos sobre el origen de la vida, la fecundidad, la fertilidad o la muerte, sino también a los modos de transmisión a la juventud de los conocimientos prácticos y, más aun, religiosos y morales.